Capitulo 48
Estábamos
reunidos en el gran salón todos lo que teníamos algo que ver con el
follón que había organizado, Tanya y Marie Grace estaban sentadas
en una punta de la mesa, Blake, Mary y mi padre se habían sentado a
mi lado y Nathan y Chris justo enfrente.
Parecía una junta
de accionistas.
- Tengo a alguien rastreando lo que puede ser un híbrido entre Jinsey y humano – dijo Chris levantándose de la silla – necesitamos llegar a Nueva York cuanto antes, todas las pistan nos llevan hasta alli, por lo que quiero estar cerca cuando lo encontremos.
- Dante no ha conseguido el libro por el momento, Olivia esta completamente recuperada de la explosión y ha mandado varias hordas de demonios aquí a Nueva Orleans, sabe donde estas, es posible que Luca la avisara antes de que lo mataseis.
- Es posible que el Jinsey sepa lo que tiene que hacer sin el libro, pero tendréis que saber venderos bien o seres como ellos jamas os ayudarían – dijo mi padre.
- ¿Has visto alguno? - pregunté curiosa.
- Si, no son gente muy sociable, pero tienen tratos con los ángeles y de vez en cuando algún representante se deja caer por nuestra dimensión para hacer negocios. Al fin y al cabo los verdaderos ángeles de la guarda son ellos – explicó. Se veía anhelo en sus ojos al recordar su antigua vida.
- ¿Qué podemos darles a cambio?¿Hay algo que quieran? - preguntó Nathan.
- Si no quieren se les obliga, si es necesario torturarles por mi no hay problema – espetó Chris llevándose una mirada apesadumbrada de Marie Grace.
- La violencia conduce a más violencia, solo debéis recurrir a ella cuando no exista otra solución – dijo Tanya – eres un demonio, es normal que no lo entiendas, pero debes guardarte tus amenazas o jamas conseguirás que la salven.
- En eso tiene razón Tanya, no quiero que nadie torture u obligue a nadie ha hacer algo que no quiera – espeté levantándome también de la silla - ¿Queda claro Chris?
- Cristalino – contestó encarándome – pero no voy a perderte, la bruja ha dicho que la violencia solo se usa si no hay otra solución... - como buen demonio había encontrado el agujero por el que las palabras de la bruja podrían ser quebradas. Demasiado listo para ser tan guapo, me dije a mi misma sonriéndole sin darme cuenta.
- ¿Cómo podemos viajar a Nueva York rápido y sin ser atrapados? - preguntó Nathan aclarándose sonoramente la garganta. Blake soltó una carcajada y Mary le dio un puñetazo en el hombro.
- Por eso estamos nosotras aquí, vamos ha abrir un portal por el que podréis cruzar tres de vosotros y apareceréis en el refugio del aquelarre neoyorkino – explicó Marie Grace.
- Perfecto, eso significa que yo me quedo fuera ¿no? - más que una pregunta, Blake afirmó lo que el resto corroboró al momento.
- Si – dijeron al unisono Chris y Nathan. Mi amigo el guardián volvió a reírse.
- Me gustaría que salieras viva de esta nena... tengo ganas de ver como te ocupas de esto – me dijo señalando a los dos hombres que le lanzaban miradas exasperadas – va a merecer la pena esperar...
- Cállate y ayuda a preparar las cosas para hacer el portal – le regaño su madre dándole una sonora colleja. No pude evitar reírme y sacarle la lengua, tan y como hacia cuando eramos pequeños y su madre le regañaba por mi culpa.
- Quien ríe el ultimo... - protestó mientras corría detrás de Tanya. Fue en ese momento en el que el miedo me inundo, pero no era temor por mi misma, era el miedo a hacerles daño, el miedo a que sufrieran por mi culpa... no podía dejar que eso pasase, no podía dejar de luchar, no iba a morir, no quería morir y haría cualquier cosa que fuera necesaria para impedir que eso pasara.
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