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Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
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lunes, 30 de junio de 2014

Bewaarder




                                                                      Capitulo 5


Londres, Inglaterra

Alan Brown estaba nervioso, el maestre druida se acababa de poner en contacto con él, le había dicho que los bewaarder habían sido activados y necesitaban su ayuda. Era un viejo extraño, todavía después de diez años, Alan seguía preguntándose porque el druida confiaba en él, un anakim, los peores enemigos de su raza, pero allí estaba, pidiéndole ayuda, una ayuda que Alan jamás le negaría a Lein, el viejo druida y su comunidad habían hecho mucho bien limpiando el mundo de criaturas oscuras, era una lástima que se reprodujeran con la misma rapidez y que él, Sir Alan Brown, fuera uno de ellos.
Él era un ángel caído, una criatura inmortal e indestructible, ¿Por qué ayudaba a los enemigos de su raza? Se hacia esa pregunta todos los días, y siempre se daba la misma respuesta, él no era un monstruo, solo se había negado a obedecer algunas de las leyes de Yahveh, sobre todo la ley que les prohibía bajar a la tierra y relacionarse con las hijas de Eva, y solo por eso, lo maldijeron y lo enviaron a esa existencia sin sentido, ¡Como deseaba poder morir! Gritó en su mente, en fin, él simplemente ayudaba a los druidas y a los cazadores para que limpiaran la tierra de esa plaga de asesinos que eran su gente y sus aliados, le jodía en el alma pertenecer a esa clase de monstruos, por qué aunque él ya no asesinaba, durante sus primeros mil años lo había hecho, no por placer, aunque también sentía placer al hacerlo, sino por venganza a dios y a sus ridículas leyes que permiten al mundo sufrir catástrofes e injusticias.
Tenía que ir a Escocia, por primera vez en toda su existencia, tenía miedo, Ullion era el pueblo de la comunidad, estaba claro que no le iban a aceptar, iba a ser ignorado y despreciado por todos, y aunque se había acostumbrado, no le gustaba ver miedo y repugnancia en los ojos de las personas que le miraban.
Hacia mas de mil quinientos años dejo de acostarse con mujeres, no podía soportar ver el terror que les inspiraba cuando sus colmillos se desenfundaban y sus ojos se volvían rojos, la mayoría se desmayaba en pleno acto, y las que no lo hacían terminaban magulladas, las humanas eran suaves y calientes, pero también muy frágiles.
Dentro de tres horas, cuando por fin anocheciera, Alan cogería el primer vuelo directo a Sumburgh y se reuniría con su viejo amigo Lein y sus cinco bewaarder. Nunca había conocido a ningún guardián y la verdad es que tenía mucha curiosidad sobre ellos y sus poderes.







domingo, 29 de junio de 2014

Bewaarder




                                                                       Capitulo 4


Leah vendó todo su antebrazo con una de las vendas elásticas negras que utilizaba para entrenar aikido, después se puso a hacer la maleta a toda velocidad. Mientras recogía la ropa y todos los efectos personales que tenía que cargar llamó por teléfono a Peter y le explicó lo que estaba pasando, le dio órdenes de no comentar nada con los demás cazadores, y Peter la hizo prometerle que si había problemas se pondría en contacto con él. Después y antes de seguir llenando su maleta, llamo a la compañía de taxis para que le enviaran uno lo antes posible. Todavía no le había dado tiempo a digerir todo lo que estaba pasando, no había dedicado ni un solo minuto a pensar en lo que iba a pasar, hacía mucho tiempo que las marcas de los bewaarder no se activaban y para no engañarse a mí misma, estaba demasiado asustada y excitada para pensar en ello.
Llamó a O ´Hare1 para reservar una plaza en el primer vuelo disponible a Escocia, no le resulto nada sencillo encontrar un vuelo medianamente directo al aeropuerto de Sumburgh
y se tuvo que conformar con tener que hacer dos escalas, una en Heathrow2 y otra en Glasgow. Le esperaban quince horas y media de viaje en avión y otras cinco horas de coche por las Highland escocesas hasta llegar a Ullion, el pueblo donde vivía la mayor parte de los miembros de la comunidad.
Cuando tuvo todo su equipaje listo, Sun abrió la puerta del piso, Leah no la dejó que hablara y se precipitó a su encuentro.

  • Me tengo que marchar a Escocia – la escupió con rapidez.
  • ¿Ahora? ¿Qué ha pasado? – dijo viéndose afligida y preocupada.
  • Tengo que visitar a mi abuelo, no parece que este muy bien – no le estaba mintiendo, en parte, lo que le había dicho solo era una verdad a medias.
  • ¿Quieres que vaya contigo? – preguntó inocentemente.
  • No, tranquila, ya te llamare, pero creo que estaré fuera más de un mes – la dijo mientras terminaba de tachar en su lista de viaje las cosas que iba metiendo en la bolsa de mano.
  • Vas a echar por tierra el semestre – esa era Sun, siempre preocupándose por los estudios.
  • Ya lo recuperaré cuando regrese – si es que lo hago, pensó Leah mentalmente.
  • ¿Quieres que te ayude? – Le preguntó mientras la miraba con una ceja levantada - ¿has hecho una lista con las cosas que te tienes que llevar? – preguntó negando con la cabeza.
  • Si, como ves, todo se pega menos la hermosura – la dijo divertida. Sun era la niña de las listas, listas para la compra, listas para ordenar los libros, listas para hacer las cosas de forma ordenada y meticulosa, vamos, que lo único que le faltaba era hacer una lista con las actividades personales del día, Leah ya lo estaba visualizando, a las 3.00 ir a hacer de vientre, a las 4.45 ir hacer pis… su chiste mental rompió parte de la tensión que tenia acumulada en cada uno de sus músculos.
  • ¿De qué te ríes? – preguntó Sun con un mohín.
  • De nada, anda ayúdame a traer la maleta al salón – la dijo mientras tachaba en el papel “cepillo de dientes y desodorante”

Leah iba a echar de menos su cuco apartamento, estaba totalmente decorado y diseñado para chicas, solo tenía dos dormitorios, uno en cada punta del piso, el salón y la cocina americana estaban entre los dos dormitorios, gracias a dios, cada una tenía su propio cuarto de baño. Los colores pastel le daban a la estancia un aire místico, la decoración era toda muy hippie y desenfadada. En el dormitorio perfectamente ordenado y recogido de Leah había pintado en la pared un brillante trébol de cuatro hojas y como buena irlandesa y celta, sus paredes estaba decoradas con símbolos y trísqueles, todo muy bien distribuido y meticulosamente colocado, Sun siempre se metía con ella por ese motivo, alegaba que tenia T.O.C3 y que era insoportable vivir con Leah, pero lo cierto es que la joven simplemente adoraba ver la cosas perfectamente limpias y colocadas. Le dolía en el alma tener que dejar su colección de trasgos en el apartamento, pero no podía llevarse más de lo necesario.

Una vez estuvo lista para marcharme la despedida con Sun, fue algo emotiva y extraña, Leah no sabía si volvería, y aunque a ella le había dicho que si, su mejor amiga no era una estúpida.

  • Algo extraño está pasando, tú no eres tan sentimental ¿estás segura de que vas a volver? – le preguntó un tanto recelosa.
  • Claro que si – mintió – solo es que me da pena marcharme, pero no te preocupes por mí, te llamare siempre que pueda, aunque te aviso que no será muy a menudo, el pueblo de mi abuelo todavía vive en la edad de piedra, está muy retirado de las grandes ciudades y no hay línea de teléfono fijo ni repetidores de señal para los móviles, por lo que ni hablar sobre tener Internet, pero te prometo que me mantendré en contacto.
  • Está bien, ¿Quieres que te acompañe al aeropuerto? – le preguntó mientras la ayudaba a sacar las maletas por la puerta.
  • No, no hay necesidad, he pedido un taxi y sospecho que ya está abajo esperándome – Leah dio un fuerte abrazo a Sun y se dirigió al ascensor intentando controlar las lagrimas. Sun era la amiga que mas quería en esta vida, había sido su mejor compañera y la amaba como a una hermana. El padre de Leah había muerto en un accidente de tráfico cuando ella tenía doce años y su madre vivía en España, más concretamente en a Toledo, no la veía muy a menudo, pero eso no significaba que no se quisieran, la adoraba más que a nadie en el mundo y se llamaban todas las semanas. Hacía ya dos meses desde la última visita de su madre y Roberto, su nueva pareja, ambos habían ido a Chicago a verla y se habían quedado una semana, había sido la mejor semana de todo el verano, cuando estuviera en Londres la llamaría para informarle sobre lo que estaba pasando, pensó Leah mientras el ascensor bajaba a paso de tortuga. Tanto su madre como su padrastro formaban parte de la comunidad y estaban al tanto sobre todo lo que ocurría, ella era una de las mejores brujas con las que contaban y en caso de que estallara la guerra, su madre no tendría más remedio que volver a Ullion para reunirse con todos los miembros.

Por parte de su padre Leah es descendiente directa de Gabriel, uno de los primeros bewaarder de la historia y por parte de su madre es la descendiente de la mejor y más fuerte familia de brujas de Ullion.

El taxi no estaba esperándola en la puerta, pero no tardo en aparecer, gracias a Dios dio con un taxista muy enrollado que la ayudo a meter la mega maleta en el maletero del vehículo. La bolsa de mano con todo lo necesario, el pasaporte y demás documentos los llevaba encima. Una mala experiencia le enseño a llevar siempre una maleta consigo, lo que siempre se ha llamado “equipaje de mano”, no podías cargar mucho, pero en caso de que tu otra maleta que viajaba sola en el apartamento de cargas se extraviara, no te verías con lo puesto. En su último viaje a Madrid la compañía aérea había perdido su maleta, como no tenía nada mas, tuvo que espera en Madrid durante dos días, con la misma ropa puesta, a que localizaran su equipaje, esta vez no le pasaría lo mismo, en el equipaje de mano llevaba una muda de ropa, todos los documentos y demás enseres necesarios para pasar un par de días, aunque ahora no dejaban meter líquidos ni comida en esas maletas (debido a los atentados de 11-S) llevaba consigo lo que más le importaba.

El taxista tomó la carretera 90 west y después prosiguió por la 190 hasta llegar a la terminal 3 del aeropuerto O ´Hare, el vuelo de Leah salía a las 17.25, todavía faltaban dos horas y media para que el avión despegara, le daba tiempo de sobra para facturar la maleta y comer algo antes de embarcar.
Y dicho y hecho, después de comerse en un restaurante, un par de filetes de pollo con patatas y un helado, se dirigió tranquilamente hacia su puerta de embarque. Allí comenzaba su aventura, pensó cuando la azafata le reviso el billete.

El avión iba hasta arriba de pasajeros, Leah se aproximó entre empujones a su asiento. A los pocos minutos los asientos contiguos al de Leah fueron ocupados por una pareja de recién casados, ¿Cómo lo supo? Bien, estaban felices de viajar en clase turista, se les iluminaban los ojos cada vez que se miraban y no dejaban de meterse mano.

  • Hola, ¿vas a Londres? – le preguntó la chica, una exótica morena de aproximadamente veinticinco años.
  • No, voy a Escocia – contestó Leah quitándose los auriculares de su Ipod. Llevaban ya tres horas de vuelo y al parecer la parejita se había cansado de sobarse, ahora tocaba dar conversación a la chica soltera que viajaba a su lado, es decir ella.
  • Si, tienes pinta de escocesa, así pelirroja y con esos ojos verdes tan oscuros, ¿sabes? Me encanta tu color de pelo, ¿es natural? – preguntó la muchacha mientras cogía un mechón y lo miraba. Mucha gente le preguntaba lo mismo, su color de pelirrojo era un tanto extraño, no tiraba a rubio, si no a castaño, estaba muy contenta con su color natural, le hacía ser distinta a las demás chicas de la universidad.
  • Soy mitad Irlandesa y este es mi color de pelo natural – antes de que le volviera a preguntar alguna tontería, Leah atacó con sus preguntas - ¿Sois recién casados? – ¡Bingo! Gritó mentalmente, ahora le contarían toda su vida y dejarían de meterse en la suya.
  • ¡Si! ¿Cómo lo has sabido? – preguntó de una forma tan inocente que Leah no tuvo más remedio que sonreírle.
  • Es evidente - dijo poniéndose un poco colorada cuando su marido la miro y agacho la vista avergonzado por lo que le había estado haciendo momentos antes a su esposa.

Charlaron durante un rato mas y después John y Nancy que así se llamaba el feliz matrimonio se quedaron dormidos. Antes de que sobrevolaran la mitad del camino, era aconsejable que Leah pudiera descansar un poco, todavía le quedaban varias horas de vuelo, dos transbordos y muchas horas de coche antes de llegar a su destino.
Antes de dormirse estuvo recordando algunas cosas de su pasado en Ullion.
Recordaba a los chicos mejor que nunca, Hank y Phaul eran hermanos, los dos eran morenos y tenían los ojos verdes, mucho más claritos que los de ella, Hank era muy serio y era el más mayor de ellos, Phaul solo tenía un año menos que Leah, los dos hermanos eran polos opuestos en todo.

  • Leah, vamos a lanzarle a Erik y Selene unas piedras – le dijo una vez Phaul.
  • Sí, eso es genial, pero si nos pillan nos la vamos a cargar – le contestó ella mientras iban trepando al tejado de la casa donde estaba Erik castigado por sus padres.

Recordaba como si fuera ayer la bronca que les cayó, no consiguieron lanzarle las piedras a Erik, y lo peor de todo fue que el muy canalla los pillo y los delató, solo tenían ocho y siente años, pero el abuelo de Leah y su madre se pusieron hechos una furia, lo que más les enfado fue que ella se hubiera subido al tejado. A Phaul y a ella nunca se les quitaron las ganas de hacer trastadas, sobre todo a Erik, era su enemigo número uno, se metía con todo el mundo y desde bien chiquitito era un arrogante, un marimandón y un creído, la mayoría de las niñas de Ullion, siempre querían darse besos con el “bonito niño rubio”, Phaul y ella se referían a ese hecho con una mueca de desagrado y una arcada, a Erik eso le sentaba fatal y siempre los estaba molestando, todavía le debían una por todas las veces que no se pudieron vengar, como él era un año mayor que ella y dos mayor que Phaul, siempre los tomaba ventaja, sin hablar claro de que contaba con su súper fuerza.
Cada uno de los Bewaarder tiene un poder propio, en el caso de Erik su poder era una fuerza bruta descomunal, Phaul podía teletransportarse, Hank era telépata, Selene manipulaba los cuatro elementos a su antojo y ella era capaz de curar heridas, desde las más leves a las más graves, pero para su desgracia solo podía curar a los demás, no podía curarse a si misma.

Después de divagar sobre su pasado durante un tiempo sintió como el Dios Morfeo la reclamaba en su mundo, se dejó llevar y se quedó totalmente dormida.
Despertó justo cuando el piloto avisaba que tomarían tierra en Londres en veinte minutos.

1Aeropuerto internacional de Chicago
2Aeropuerto de Londres

3Trastorno obsesivo compulsivo

sábado, 28 de junio de 2014

Bewaarder




                                                                    Capitulo 3



Vega, Noruega

Erik Jacob estaba cerrando su taller mecánico cuando sintió una presencia detrás de él, un jodido anakim estaba pegado a su nuca, antes de que el maldito chupa sangres lo mordiera, Erik le golpeo con el codo en el estomago utilizando toda su fuerza, que gracias a los dioses, era mucha. La criatura no se esperaba un golpe de tal magnitud y salió volando por los aires a seis metros de donde se encontraba el bewaarder, Erik sabía que no lo podía matar, pero también sabía que podía debilitarlo lo suficiente como para que se marchara. Para su sorpresa el anakim extendió sus enormes alas negras y salió volando hacia la oscuridad de la noche.

  • ¡Cobarde! - le gritó Erik. Hacía mucho tiempo que no tenía ninguna pelea y tenía ganas de sacar su ira y su estrés de alguna manera, la batalla con el anakim hubiese sido perfecta para lograr su propósito, pero el muy miedica se había esfumado. A diferencia de los demonios, a los anakim les gustaba la comida rápida y no se entretenían en pelear y jugar con su almuerzo.
Antes de que Erik pudiera llegar a su coche una quemazón extraña se extendió por su brazo y recorrió cada una de sus extremidades, el dolor era muy fuerte, pero soportable. Cuando levanto la manga de su sudadera pudo ver el tatuaje celta brillar con intensidad, una sonrisa se extendió por todo su rostro, había llegado el momento, por fin iba a tener una buena pelea.


***


En un avión a siete mil pies de altura sobrevolando el océano.

Selene Dailing estaba haciendo su último vuelo comercial antes de cogerse unas muy merecidas vacaciones de verano, quedaban tres horas para que aterrizaran en Túnez y luego otras doce horas hasta que pudiera llegar de nuevo a su casa en Oviedo.
Unas terroríficas turbulencias bambolearon el avión y Clary, su compañera azafata cayó al suelo.

  • Tienes que estar más alerta, pero no te preocupes, con la practica serás capaz de quedarte de pie incluso en un aterrizaje forzoso – le dijo Selene mientras le ayudaba a levantarse de suelo. Clary la sonrió en agradecimiento.
  • Vamos a tomarnos el café que se nos va a quedar helado – Clary tomo a Selene de brazo y fueron a su pequeño agujero, así es como ellas lo llamaban, allí podían olvidarse de los pasajeros y tomarse un respiro. Como había dicho Clary, el café estaba frió, pero eso no fue un problema para Selene, apretando el vaso con las dos manos convoco sus poderes y el café se calentó en cuestión de segundos, manipular los elementos era realmente útil.
  • Voy a ir a la cabina de mando, paséate por primera clase ¿vale? – le pidió Clary.
  • Si, así te evito otro pellizco en el culo del hombre de la segunda fila – le dijo Selene con una sonrisa comprensiva, había cada baboso por la vida que daba miedo.
  • Te debo una – dijo antes de salir de agujero y dirigirse a la cabina de los pilotos.

Antes de que Selene pudiera salir de sus escondite un dolor desgarrador la recorrió el cuerpo de arriba abajo, ¡Por los dioses! ¡Que no sea lo que creo que es! , se suplicó a sí misma, pero así era, cuando se descubrió la manga del uniforme vio brillar el precioso intrincado celta de su tatuaje.
Tenía que regresar a Escocia y tenía que hacerlo pronto, no tenía más remedio que solicitar que la pusieran como azafata en el vuelo anterior a suyo, con un poco de suerte en dos días estaría en Ullion y volvería a ver a sus amigos y compañero de la infancia, echaba de menos a todos, pero era a Hank a quien realmente extrañaba, siempre había estado colgada por él y cuando se marcho de la comunidad había llorado a mares, pero no pudo hacer nada para evitarlo y no les estaba permitido ponerse en contacto los unos con los otros. No tenía muchas ganas de regresar, porque eso sin duda significaba que había una jodida guerra, en la que ella y sus cuatro compañeros eran los soldados de primera línea, pero para ser sincera con ella misma, tenía unas ganas locas de ver en qué tipo de hombre se había convertido Hank Mac Rain.




***

Dublín, Irlanda

El profesor de historia más joven del Trinity College de Irlanda, Hank Mac Rain, estaba repartiendo los exámenes finales a sus alumnos. Era difícil para él no utilizar la información que recababa de los alumnos a través de su don, como buen telépata podía leer los pensamientos de aquellos que estuviesen en la misma sala que él. Se hincharía a sacar chuletas de las faldas, los pantalones, las mangas de las camisas e incluso de las gafas, pero no podía hacerlo, lo único que podía hacer era pillarlos con las manos en la masa, y eso no era sencillo, los chavales eran muy rápidos.
Hank solo tenía veintisiete años, pero había sido un alumno excepcional y superdotado toda su vida, a parte claro está, de poder leer la mente de la gente, donde no solo encuentras sus pensamientos, sino también las respuestas a muchas preguntas.
Quedaban tres horas para que pudiera reunirse con su hermano por primera vez en siete años y necesitaba bajar a comer a la cafetería del campus lo antes posible, estaba famélico.
Antes de que pudiera darse cuenta de lo que pasaba, un irritable dolor surgió de su brazo y se extendió por todo su cuerpo como si fuese veneno, ninguno de sus estudiantes se dio cuenta del corto pero doloroso calvario por el que había pasado su profesor.
Era hora de volver. ¡Queridos dioses! Estaba asustado, sabía sin mirarse bajo el jersey lo que había pasado, se había declarado la guerra y era el momento de hacer honor a su apellido y a su gente, solo quería hacerlo lo mejor posible, no quería defraudar a sus compañeros, compañeros que pronto volvería a ver.
Phaul Mac Rain subió las escaleras a toda prisa para buscar a su hermano, él también había tenido que sentir la activación de la marca, había que regresar a Escocia lo antes posible y estaba encantado con la idea, sabía que tendría que patear traseros y eso le emocionaba bastante, pero lo que más ansiaba era volver a ver a Leah, su mejor amiga y su hermana de sangre, las ultimas noticias que había tenido de ella habían venido de la boca de uno de los druidas de Ullion que se dejaban caer por Dublín para visitar a familiares, el señor Hugers le había dicho que Leah vivía en Chicago, ni más ni menos que en EEUU, él siempre había pensado que se había quedado en España con su madre, pero según el druida, se marcho a estudiar allí cuando cumplió los dieciocho años, le habían dado una beca de física y estaba trabajando y aprendiendo con el mejor físico cuántico de la actualidad.
Phaul había decidido hacia dos años dejar de estudiar para llevar el negocio familiar y en esos momentos, con solo veintiún años, era el vicepresidente de una de las mayores compañías de seguros de Irlanda.
Cuando encontró el aula donde estaba su hermano, se paró impaciente en la puerta, los alumnos ya estaban entregando sus exámenes y comenzaban a salir de la sala en manadas, cuando el último de ellos salió, Phaul entró como un torbellino.


  • Tenemos que marcharnos – le dijo a su hermano que estaba apilando el montón de papeles de los alumnos – ya he llamado a papa y se lo he contado, deberías ir a charlar con el director, ten – dijo entregándole a Hank un papel.
  • Es un fax… el abuelo Henry ya está muerto Phaul – dijo mientras leía el papel que le había entregado su hermano, ponía que se le necesitaba en Escocia para cuidar de su viejo abuelo enfermo.
  • Es una escusa, entrégalo y reúnete conmigo en el coche, no quiero perder ni un minuto, necesitamos regresar cuanto antes – Phaul estaba más que impaciente, ese muchacho no cambiaría nunca, pensó Hank, siempre tan vivaz y despreocupado.
  • Tranquilízate, nosotros llegaremos antes que nadie, y no solo porque estemos más cerca – dijo Hank guiñándole un ojo, estaba seguro que su hermano no estaba dispuesto a coger un avión, los iba a teletransportar.
  • ¿Por qué iba hacer las cosas más difíciles y caras? es mejor y más barato que nos teletransportemos allí – le dijo levantando una ceja en invitación a un comentario sarcástico, Hank podía leer a su hermano como si fuera un libro abierto y en lo que pensaba Phaul en ese momento era en la joven Leah Morgan, la hermana que nunca tuvo.
  • Está bien, me reúno contigo en el coche en media hora – Hank zanjó el tema y salió del aula de camino al despacho del director.

martes, 24 de junio de 2014

Bewaarder



                                                                  Capitulo 2

A la mañana siguiente Leah despertó con una resaca monumental, no debería haber bebido tanto, pero siempre le pasaba lo mismo, ¡en esos malditos antros ponen la calefacción a todo trapo para que consumas! Así que, no era culpa suya.
Mientras se daba una muy merecida y necesitada ducha escuchó el sonido del teléfono, como no tenían nada más que uno y estaba en la cocina, casi se mata por ir corriendo a contestarlo.

  • ¿Sí? – preguntó mientras recuperaba el equilibrio después del último resbalón.
  • Leah, soy Peter Farichelli, necesito hablar contigo sobre… bueno, ya sabes – dijo su interlocutor. Peter era uno de los tres cazadores de vampiros de Chicago, era el único que ella conocía y al único que le había revelado su identidad. Él y su mujer Maggie eran agentes del FBI, pero cuando Peter deambulaba por las noches en busca de chupa-vidas, se convertía en el temido exterminador de Chicago. Trabajar para la pasma le daba alguna que otra ventaja.
  • Claro, ¿Dónde y cuándo? – preguntó Leah mientras se secaba con la toalla. Estaba dejando el suelo perdido de agua.
  • ¿En el Rocky Café dentro de un par de horas? – preguntó algo nervioso.
  • Si, oye… ¿sucede algo? – Leah estaba cada vez más desconfiada y asustada. Sabía que Peter no sería capaz de traicionar a la comunidad ni mucho menos a ella, además, era de día y no había criaturas merodeando, pero estaba muy nervioso y ese tipo de nerviosismo emanando de un tío capaz de masacrar a doce demonios por noche sin derramar una gota de sudor o exteriorizar cualquier tipo de miedo, era un tanto… desconcertante
  • Estoy bien, es solo que tengo algunas noticias extrañas y terroríficas y me gustaría pedirte tu opinión – contestó un poco más calmado.
  • Allí estaré – dijo mientras colgaba el teléfono y se apresuraba a su dormitorio para calzarse sus vaqueros y sus adoradas deportivas.

Tardó cerca de una hora en sortear todo el tráfico de Chicago, habían cortado algunas de las grandes calles para realizar unas obras y las calles adyacentes estaban colapsadas de vehículos. Cuando quiso llegar a la cafetería solo faltaban diez minutos para la cita. Peter ya estaba sentado en una de las mesas con tres cafés vacíos a su lado. Esto no tenia buena pinta.
Leah entró en el café como una exhalación, le pidió a Wendy, una de las camareras que la conocían, su habitual café irlandés y procedió a sentarse frente a Peter.

  • Suéltalo, me estas asustando – le dijo enfrentando su mirada.
  • Muy bien, pero no me interrumpas mientras te lo explico todo. A Maggie la han asignado un caso de lo más extraño, como ella sabe a lo que me dedico cuando no llevo la placa encima me ha confiado el informe para que lo echara un vistazo – dijo sacando de su maletín una carpeta marrón con el emblema del FBI – han estado desapareciendo niños en todo el país, mas niños de lo habitual, en un principio pensé que simplemente seria una aumento en la población de pederastas y madres desorientadas que buscan criar un bebe… después descubrí que el sesenta por ciento de los niños desaparecidos nacieron el mismo día y el mismo mes, lo único que los diferencia es el año del nacimiento – hizo una pausa y prosiguió sin soltar la carpeta de su mano – sé que hay una especie de profecía sobre el regreso de Ereshkigal, no lo recuerdo muy bien, porque son cosas de las que escuche hablar cuando era niño, pero si no me equivoco era algo así; “la sangre de su salvador nacerá el día en el que su número de tres números culmine y cuando la luna este llena” – la cita era jodidamente correcta y los pelos de la nuca de Leah se empezaron a poner como escarpias – Bueno, no se cual es el numero formado por tres números de la primera dama del inframundo, pero creo que me lo puedo imaginar. Dime cual es su número y reza para que no esté en lo correcto – le instó Peter.
  • Bueno, el 666 siempre a pertenecido a Lucifer, el 616 a Nergal, el ex consorte de Ereshkigal y el numero de ella es el 313 – le dijo esperanzada de que se estuviera confundiendo. Por la cara de horror que puso su amigo supo que no se había equivocado.
  • Algunos de los desaparecidos nacieron el 3 de marzo y otros el 31 de marzo, creo que ni ellos saben lo que están haciendo, es decir, las dos fechas coinciden 313. La única diferencia entre los niños, es el sexo y el año de nacimiento, pero ninguno supera los trece años – dijo hundiéndose en la silla, después. Le tendió la carpeta a Leah, ella la ojeó desconcertada y furiosa, las fotos de los chicos y sus descripciones familiares no le decían mucho más que a Peter, así que le devolvió el expediente. La camarera por fin llevo ese café irlandés que tanto necesitaba.
  • Tenéis que averiguar si solo está pasando en Estados unidos o también en otros países, puede ser que nos estén tendiendo una trampa, mi tatuaje no ha funcionado nunca y se supone que si están tramando algo yo y mis cuatro compañeros seriamos los primeros en sentirlo – dijo mas convencida de lo que realmente se sentía.
  • Ese es el problema, los secuestros acaban de empezar en otros países, sobre todo en Europa, además, he notado que la población de vampiros y demonios de Chicago ha ido reduciéndose de manera demasiado drástica. Me he puesto en contacto con cazadores de Nueva Orleans y Washington… ellos también han notado la falta de criaturas. Creo que se están marchando a Europa para seguir con los secuestros – Leah se quedó realmente pasmada, una sensación extraña en su corazón le decía que el cazador no se estaba equivocando en sus suposiciones.
  • Mañana por la noche llamare al maestre de la comunidad – le dijo mientras agarraba su mano – si encuentras algún demonio esta noche, no le mates, tortúrale o haz lo que sea necesario para que hable. Cuando sepa algo te llamaré, por el momento no le cuentes a ningún otro cazador nada de esto, no quiero que cunda el pánico, además, por ahora estamos seguros, mi marca no se ha activado – le comentó de manera tranquilizadora – ahora me marcho, voy a investigar todo lo que pueda antes de alertar al jefe – Nadie excepto los cinco bewaarder sabía que el jefe era el abuelo paterno de Leah.

De camino a su piso no pudo evitar pensar en sus cuatro compañeros de armas, no pudo evitar preguntarse que estarían haciendo; que había sido de la dicharachera Selene Dailing, de Phaul su compañero de trastadas; del recto y serio de su amigo Hank y sobre todo del mayor grano en el culo de su infancia, Erik Jakob. Los cinco habían vivido en la comunidad hasta que cumplieron los doce años, el primero en marcharse fue Hank que ya tendría veintisiete años, después fue Selene que ahora mismo tendría veinticinco, el siguiente fue su archienemigo Erik que tendría veintitrés, después se marchó ella, y ahora tenía veintidós años, se imaginó que al año siguiente de su partida se fue Phaul, el benjamín del grupo con tan solo veintiún años en la actualidad.
La verdad es que no se había vuelto a acordar de ellos en los últimos seis años, se les tenía prohibido mantenerse en contacto, por lo que desde el día que dejó la comunidad no había vuelto a saber nada de ellos.

Consiguió aparcar su precioso y nuevo Dodge a una manzana de su casa, esa vez había tenido suerte, normalmente solía tener que aparcar a veinte minutos a pie del piso.
Leah Subió corriendo por las escaleras y entró como un tifón, fue directamente a su dormitorio, Sun ya se había levantado y se había marchado con su amiga Astrid a dar su habitual vuelta por el parque, así que, tenía toda la casa para ella sola, algo que siempre agradecía.
Saco su baúl de madera de olmo de debajo de la cama y bajó las persianas de su habitación para que nadie pudiera verla.
Hacia muchísimo tiempo que no abría esa gran caja de recuerdos, pero era el momento oportuno para hacerlo.
Había varios libros de hechizos que ya tenía controlados, había muchas estacas de madera de las que Hank había tallado en sus ratos libres cuando era joven, era un experto trabajándolas, en la empuñadura siempre realizaba fresados y dibujos muy bonitos y complicados. Después de apartar muchas más cosas encontró lo que estaba buscando; el libro de Jezabel.
Ese manuscrito era como una especie de diario, perteneció a una antigua bruja. Leah lo encontró escondido entre varias tablas sueltas del suelo de la biblioteca de su abuelo, junto con algunos colgantes, varios estiletes y un cuchillo ceremonial, nadie sabía de su existencia y aunque los cuchillos y demás baratijas solo tenían valor sentimental, el diario era una pieza única de sabiduría, lo guardaba para un caso de emergencia, por si algún día se tuviera que preparar mejor para una gran batalla. A diferencia de los otros libros de hechizos, este diario contenía un montón de conjuros y muchas leyendas antiguas, la mayoría, cosas que no les habían enseñado o contado mientras vivían en la comunidad.
Después de pasar y repasar todas las páginas del libro, por fin encontró la cita que estaba buscando.
La joven bruja que había escrito el diario, lo había hecho en hebreo, algo realmente curioso e intrigante y aunque no era un hebreo muy bueno, se podía entender perfectamente. Teniendo en cuenta que el diario estaba fechado en Londres y que había sido encontrado en Ullion, el pueblo de la comunidad, situado en las Highland escocesas1, a Leah le resultaba desconcertante. La verdad es que era una muy buena forma de encriptar el contenido de la obra, muy pocas personas hablaban hebreo en esa época, por lo que imaginó que la muchacha tenía sangre judía. Su hebreo un tanto tosco, servía para su propósito, ocultar el texto a los ojos de los demás. El libro contenía conocimientos que en la comunidad estaban prohibidos, no era magia negra, era la comúnmente llamada magia gris, una magia poderosa hecha para atacar, algo que les tenían terminantemente prohibido, sobre todo a las brujas y los druidas, que solo tenían “licencia” para defenderse.
Ese libro que sostenía en las manos tenia innumerables hechizos ofensivos, historias y profecías sobre los dioses celtas e irlandeses que jamás le habían contado. Algunos de los hechizos ya los había probado dándole bastante buen resultado y en ese momento, cuando vio la siguiente cita escrita en el papel, supo que las historias al igual que los conjuros, no eran invenciones de la muchacha.

"סך כל השחרור של נסיכה של שאול מתרחשת כאשר הדם שלהם מושיע נולד היום מספר שלוש בעיות מוביל וכאשר הירח מלא"

La liberación absoluta de la princesa del inframundo se producirá cuando se derrame la sangre de su salvador que nacerá el día en el que su número de tres números culmine y cuando la luna este llena


Mas o menos las mismas palabras que había citado Peter, ¿Cómo sabía estas cosas un cazador de vampiros? No tenía ni la más remota idea, pero esto le hizo sospechar sobre algo a lo que ya le había dado muchas vueltas; la mayoría de los guerreros templarios habían pasado a sus descendientes mucha más información de la que los antepasados de Leah le habían trasmitido a ella.
No había ninguna referencia más en lo que concernía a la liberación de la Diosa mala que tenían bajo llave, así que guardó de nuevo las cosas en el baúl y lo volvió a meter bajo la cama.

Un dolor agudo y potente le recorrió el antebrazo derecho mientras se deslizaba por su cuerpo atacando todas y cada una de las partes de su anatomía, ella sabía lo que estaba pasando y casi podía sentir el proceso de cambio que estaban experimentando sus células, el tatuaje comenzó a brillar a medida que el dolor remitía.
Cuando paró el dolor que le había causado la recién adquirida inmortalidad su intrincado tatuaje brillaba como si cada fina línea tuviera millones de micro bombillas led. ¡Por los dioses! Su brazo brillaba como el sol. Las palabras de la bruja fluyeron por su mente “…cuando mañana tu piel brille como el sol
¡Mierda! la bruja tenía razón.

Era hora de volver a Escocia y reunirse con sus antiguos compañeros, Peter tenía razón, el inframundo se estaba moviendo y las criaturas oscuras estaban planeando algo gordo para sacar a la primera dama de la cárcel.
No había tiempo que perder, el brillo de los tatuajes no cesaría hasta que los cinco se hubiesen reunido frente al maestre druida.


1Las tierras altas de Escocia

Bewaarder



                                                                   Capitulo 1


La fiesta se estaba alargando más de la cuenta, los nuevos Manolo Blahnik1 de Leah Morgan la estaban matando, no tenía que haberle hecho caso a Sun, le habían costado una fortuna y estaba más que segura de que era la primera y la última vez que se los iba a poner. Adoraba sus zapatillas deportivas, pero en ese antro no dejaban entrar a nadie con ellas puestas. Leah intentó convencer a Sun de que le dejara comprarse unos zapatos con menos tacón, pero no había mujer más cabezota que Sun Letheman, así que, allí estaba, sentada en uno de los sofás de la zona VIP con los pies en llamas, ni el alcohol que había bebido paliaba el dolor infernal de sus pies.
Era el cumpleaños de su amiga Lissa y al parecer había invitado a todo Chicago, su millonario papá había pagado al dueño del club para que esa noche solo pudieran entrar al local los invitados a la fiesta y aun así, el local se había llenado al completo.
Leah realmente adoraba las fiestas, y sobre todo las que Lissa organizaba, muchos chicos guapos, pocas mujeres bonitas, mucho alcohol y buena música.

  • ¿Qué narices haces sentada? – le preguntó Lissa torciendo el morro.
  • Tengo los pies en carne viva – contestó medio gritando para que la pudiera escuchar por encima del ruido y la música.

  • Eres mi mejor bailarina, sal y mueve el culo, siempre que lo haces terminas ligando – dijo mientras se sentaba a su lado.
  • Hoy no puedo ni moverme, Sun me obligo a ponerme esto – dijo señalando sus zapatos de quince centímetros de tacón – sabes que no estoy acostumbrada.

  • Estas preciosa con ellos – la animó Lissa mientras le tendía una copa.
  • Eso no lo dudo, pero no estoy dispuesta a pagar el costo que me imponen al llevarlos – contestó después de dar un gran trago al vaso – no sé como podéis pasar toda una noche con este tipo de zapato torturador y no moriros.
  • Para estar guapa hay que sufrir – esas eran las típicas palabras que le diría su madre.
  • Eso dicen, pero la verdad que a mí me da lo mismo.

Lissa se marcho a la pista de baile y Leah se volvió a quedar sola, pero no por mucho tiempo, Nyhan Wilks, se acercaba a ella desde el otro extremo del club.

Nyhan estaba nervioso y confundido, sabía lo que era ella, pero ella no sospechaba nada de él, aun así, había roto con él, estaba seguro que la había asustado y que ella había notado sus poderes en los momentos en los que se desconcentraba y fallaba al ocultarlos, no tenía ninguna intención de asustarla, pero ella tenía que ser suya, por la buenas o por las malas, no la dejaría escapar, y menos después de haber estado con ella en su cama.
Cuando estuvo al lado del sofá donde estaba Leah se acerco a ella y se sentó a su lado.

Nyhan era policía y él y ella habían tenido una aventura hacia algun tiempo, Leah había querido terminar con la relación por miedo, era un tipo encantador, pero había algo en él que la asustaba, a diferencia de otros chicos con los que había estado, Nyhan era magnifico en todo lo que hacía, era un dios en la cama y fuera de ella, pero ella presentía que había algo oscuro en su interior.

  • ¿Cómo estás? – dijo después de sentarse a su lado. Llevaba unos vaqueros negros y una camiseta roja, era musculoso y con una piel tostada que pedía a gritos ser saboreada, su pelo rubio y sus ojos azules le daban un aire de surfista muy característico. La mayoría de las féminas de la comisaria se lo comían con los ojos cada vez que pasaba por su lado, Leah siempre se había extrañado que de entre todas las mujeres que le revoloteaban la hubiera elegido a ella.
  • Muy bien ¿y tú? – preguntó ella moviéndose un poco sobre el sofá para estar lejos de su alcance, había bebido más de la cuenta y no quería tener que arrepentirse de nada a la mañana siguiente.
  • No quiero andarme con rodeos, acuéstate conmigo, princesa, se que lo deseas tanto como yo – ella boqueó sorprendida por sus palabras.
  • ¿Eso te funciona con las tías? – le preguntó después de recuperarse del escalofrió de pasión que la recorría, era realmente extraño, ella sabía perfectamente que no había amor entre ellos, pero sí que había pasión y lujuria. Cuando no estaban juntos y pensaba en él, no sentía absolutamente nada, pero cuando estaban juntos su libido se incendiaba. Si no fuera una locura, pensaría que es algún tipo de hechicero, pero eso no era posible, Leah podía distinguir a los de su clase a kilómetros de distancia y a los anakims y a los demonios en cuanto entraban en la misma longitud de radio en la que estuviera ella. Él no era nada de eso, o al menos eso es lo que ella pensaba.

Nyhan y ella se habían conocido de una forma extraña, uno de los días que Leah había salido a cazar junto a Peter, uno de los cazadores de Chicago, Nyhan apareció en el callejón donde estaban peleando a muerte con dos demonios y un anakim, Nyhan los vio patearlos el culo y ella no tuvo más remedio que borrarle la memoria, luego se volvieron a encontrar varias veces por la calle, se hicieron amigos y una cosa llevo a la otra, hasta que un día acabaron juntos en la cama.

  • Solo quiero que me funcione contigo, te extraño mucho – sus palabras la calentaron como un fuego, luego notó una ola de poder emanando de él, Nyhan había bajado la guardia otra vez y ella se había dado cuenta y le miraba recelosa. Algunos humanos eran capaces de generar olas de poder con sus sentimientos, pero Nyhan era el único que ella había visto hacerlo, era como si la contagiase su excitación. Realmente terrorífico.
  • No seas insistente, me gustaría seguir manteniendo nuestra amistad, pero si me presionas me alejaré de ti todo cuanto pueda – le dijo ella sinceramente frunciendo el ceño.
  • Dejaré de presionarte, pero solo por el momento, princesa. Tú y yo estamos destinados a estar juntos, ¿no lo sientes? Ningún hombre normal es digno de ti, estas marcada para ser diferente – sus palabras la aturdieron y Nyhan deseo haberse mordido la lengua, jamás conseguiría hacerla suya si seguía diciéndole esas cosas.
  • ¿Qué quieres decir con eso? – le preguntó Leah antes de que él se levantara.
  • Algún día lo entenderás y yo estaré allí – antes de que pudiera preguntarle nada mas, se levanto y se marcho. Algún día ella sería su reina y la tendría todos los días y a todas horas en su lecho. Con una sonrisa satisfecha Nyhan se marcho del local.

Otra vez volvía a quedarse sola, lo que le había dicho Nyhan no tenía ni pies ni cabeza, si no confiara en sus poderes tanto como lo hacía podía llegar a pensar que el lindo policía ocultaba algún tipo de oscuro secreto, o mejor dicho, alguna misteriosa identidad.

Leah llevaba un precioso vestido azul eléctrico atado a la espalda que hacia juego con sus pendientes y sus zapatos, iba mas arreglada que nunca, pero aunque la mona se vista de seda, es sabido que mona se queda, así que dejó a un lado su fachada de chica con clase y se quitó los zapatos para poder masajear un rato las plantas de sus pies, la verdad es que le daba lo mismo quien le viera hacerlo o lo que pensaran de ella, necesitaba darse alivio antes de ponerse de pie otra vez.
Después de un rato descalza y de haberse tomado su cuarta copa de la noche, sintió una fuerte y no desconocida sensación de entumecimiento en el estomago, como siempre que esto ocurría, su noche empezaba a ponerse fea. Había demonios en la fiesta.
Más rápido de lo que se dice ¡Zass! Invocó unas sandalias negras sin tacón y se las puso a la velocidad del rayo. Se levantó del sofá y fue directamente a vigilar por la pista de baile. Los demonios y los anakims son los mayores enemigos que tenía su raza. Su gente no tenía una palabra concreta que los identificara, pero dentro de su comunidad había varias clases de personas, los druidas como su abuelo Lein, las brujas, los cazadores, los vicarus y los bewaarder, Leah pertenencia a la última clase, vulgarmente se los llamaba guardianes, y solo hay cinco en el mundo, sus poderes son una fusión extraña entre los de las brujas y los de los druidas, pero su misión es otra, ellos son los custodios de la prisión de la Diosa Ereshkigal, primera dama del inframundo y jefa suprema de los anakims y los demonios. En el año 900 d.c, los antepasados de la gente de Leah y los dioses, encerraron a Ereshkigal con su magia en una gran prisión y lanzaron un hechizo a cinco hombres, “condenándoles” así, a ser sus guardianes y mezclando los poderes de los druidas y las brujas en ellos para que pudieran defender la prisión. Cada vez que muere un de los cinco bewaarder, su primogénito es marcado como su sucesor, si muere en la batalla y no ha tenido hijos entonces nace otro niño de otra de las familias allegadas al guardián con la marca celta que los caracteriza, pero mientras el niño crece, uno de los vicarius ocupa su puesto hasta que el legitimo heredero cumple dieciséis años. En estos últimos 500 años, todos los bewaarder han muerto en la vejez, así que ahora, la generación de Leah estaba más igualada con respecto a las edades de sus miembros.
Los guadianés pueden vivir donde quieran, solo serian convocados si hubiese movimientos sospechosos en el inframundo o en el exterior. Todos ellos tienen un tatuaje celta en el antebrazo que los avisaría del momento en el que tendrían que volver a Escocia, el tatuaje solo brillaría en caso de que comenzara alguna rebelión, algo que no ocurre desde 1314 cuando sucedió la caída del los templarios, que fue culpa de los levantamientos demoníacos, el Dios Nergal corrompió a Clemente V para vengarse otra vez de Yahveh por haberle enviado a Ereshkigal al inframundo y el final ya lo sabemos todos, termino destruyendo a la orden religiosa mas fiel a Dios que jamas había existido. La cosa en aquel momento se puso muy fea, pues la orden del temple, también era parte del ejercito de la comunidad, aunque al principio chocaron entre sí por las diferencias religiosas, luego se unieron a la gente de Leah de manera férrea y letal, fueron los mejores guerreros de la historia, la mayoría de los cazadores de vampiros actuales, descienden de ellos.
Una vez que el tatuaje les da la señal de que algo malo está pasando, los bewaarder dejan de envejecer y se vuelven inmortales durante el tiempo que dure la batalla, cuando todo termina, vuelven a ser mortales; si Ereshkigal escapara de su prisión, los bewaarder se volverían inmortales para siempre, esa era la maldición que les lanzó la princesa del inframundo, una maldición que intentaba corromper a los guardianes para que la dejaran en libertad, algunos habían sucumbido al deseo de ser inmortales y habían sido sentenciados a muerte por el consejo druida. A Leah no le tentaba una mierda eso de ser inmortal, no quería sobrevivir a sus hijos ni a sus amigos y familiares, pero había gente muy codiciosa a la que esas cosas no le importan.

Después de danzar de un lado a otro por el local sin divisar a ninguna criatura, se dio por vencida. No veía nada sospechoso, los chupa-vidas, que así era como Leah los llamaba, solían ser bastante guapos y pálidos, pero en la pista de baile había demasiadas personas que cumplían esos requisitos. Al cabo de una hora Leah tuvo, a través de sus poderes, la certeza de que las criaturas se habían machado y por fin se pudo relajar y bailar un rato antes de marcharse a casa.

  • ¡Leah! Ya no aguanto más, necesito dormir la mona – gritó Sun mientras Leah se acercaba a ella.
  • ¿Nos vamos a casa? – la preguntó esperanzada.
  • Si, necesito poner los pies en alto, pero estoy esperando a que me echen las cartas – dijo mirando al pequeño altar que estaba detrás de ella. Al otro lado de la mesita estaba sentada una pitonisa que había sido contratada por Lissa para que leyera el futuro a los invitados. Sun no tardo en percatarse de que los magníficos zapatos de su amiga y compañera de piso habían desaparecido - ¿Dónde están tus divinos zapatos? – preguntó alarmada. ¡Por los Dioses! pensó Leah, la miraba como si hubiese abandonado a un bebe en el cubo de basura.
  • Tranquilízate, están guardados – mintió. Ella sabía perfectamente que unos zapatos así no abrían durado mucho tiempo en el sitio donde los había dejado, seguramente alguien ya se los había robado, pero aunque le habían costado una fortuna… bien, le daba lo mismo, no se los iba a volver a poner.

Varios minutos después, le llego el turno a Sun de sentarse frente a la adivina, se colocó frente a la mesita de la bruja, que para el asombro de Leah, era realmente una bruja, y ella se sentó a su lado para hacerla compañía. La pitonisa, una mujer de unos cuarenta años vestida como una gitana le dijo a Sun cuatro tonterías sin sentido sobre su futuro, seguramente no tenía el don de la clarividencia y simplemente decía lo que la gente quería escuchar.
Justo cuando las dos chicas se levantaban para marcharse la bruja agarro la muñeca de Leah, instintivamente ésta hizo un giro brusco y se deshizo de ella, pero no fue tan rápida como había pensado. La bruja había visto su tatuaje y la miraba con los ojos como platos, acababa de descubrir que era una bewaarder.

  • Siéntate un momento, quiero ver tu futuro – Leah intentó negarse pero Sun, muy emocionada la obligo a sentarse frente a la adivina. Ella cogió su mano y entonces Leah sintió el poder de la bruja fluyendo por su cuerpo, la muy arpía si tenía el don de ver el futuro, pero no a través de las cartas como había hecho con Sun.
  • Tu futuro será en un pasado, uno peligroso, tu misión será difícil y habrá pérdidas, perderás a gente que te importa. Solo uno de los dos hombres de tu vida será la opción correcta, si la dejas pasar tu futuro será tan oscuro como la nada, en el amor es donde está la fuerza para derrotar los obstáculos, habrá muchas piedras en el camino cuando mañana tu piel brille como el sol – dijo toda su parrafada mirando a un punto lejano de la sala, no enfrento los ojos de la mucha en ningún momento. A Leah todo lo que había dicho le sonaba a chino, ni las mejores brujas de la comunidad eran capaces de predecir el futuro, por mucho que ella tuviera poder, que lo tenía porque realmente era una bruja, Leah no creía ni una palabra de lo que había dicho.
  • Muchas gracias – le contestó educadamente mientras se levantaba y tiraba de Sun hacia la puerta de salida del Pub.
  • Muy bien, marchémonos, ya no aguanto más – dijo Sun cuando ya habían atravesado la mitad de la sala, fue en ese momento cuando Leah reparó en el aspecto de su amiga, la verdad es que tenía muy mala cara, Sun era morena y de piel muy clara, los genes chinos de su madre se mezclaban de forma realmente exótica con los genes americanos del señor Letheman. Su piel normalmente pálida, pero lozana, no tenía muy buen aspecto.

Cinco minutos después estaban en la puerta del club con los oídos abotagados por el silencio de las calles de Chicago, Leah pensó que Chicago era silencioso, se estaba volviendo loca, se dijo a si misma, aunque la verdad era que en comparación con el barullo que había en la fiesta, parecía que estaban en medio del desierto de Nevada.
Una vez se entonaron y respiraron profundamente el viciado aire veraniego de la ciudad, se pusieron en marcha hacia su apartamento. Sun y ella compartían un bonito piso en la calle Pearson, muy cerca del parque Eckhart. En esos momentos estaban a veinte minutos a pie.

  • ¿Quieres que tomemos un taxi? – le preguntó a Sun cuando se dio cuenta de su cojera.
  • No, estoy bien, además, necesito que me dé el aire, creo que he bebido demasiado – en eso tenía razón, Leah también tenía la cabeza dándole vueltas por el alcohol.

Continuaron andando en silencio y se metieron por uno de los pequeños callejones de la calle Olso para acortar un poco la distancia. Mala idea. La sensación extraña del estomago avisó inmediatamente a Leah de que no estaban solas. Cogió a Sun por el brazo y tiró de ella para andar con más rapidez, en un principio Sun se sorprendió y la fulmino con la mirada, pero cuando comenzó a escuchar pasos detrás de ellas su mirada cambio del enfado al miedo en cuestión de segundos.

  • ¡Hey chicas! – gritó una de las criaturas que las seguían. Leah apretó el paso, pero luego se quedó clavada en el sitio, justo delante de ellas, al final de callejón, se encontraban otras dos figuras cortándolas el paso. Esto se iba a poner muy feo.
  • ¿Qué queréis? Tomar los bolsos y dejarnos tranquilas – balbuceó Sun.
  • ¿Quién te ha dicho que queramos los bolsos? – dijo el demonio mientras se acercaba a ellas. Con una rápida barrida con sus poderes clasifico a todos los atacantes como demonios, gracias a dios esa noche no tenía que enfrentarse a un anakim. El callejón estaba demasiado oscuro, su visión nocturna no era como la de los humanos normales, pero por desgracia tampoco era como la de los chupa-vidas. El idiota que les hablaba era rubio, aparentaba treinta años humanos, por lo que podía deducir, el rubito era el cabecilla de la colmena. Fácil. Arráncale la cabeza a la reina y los demás se volverán locos sin saber qué hacer, pensó Leah con una sonrisa.
  • Sé lo que eres y no me das miedo, te doy una sola oportunidad, déjanos tranquilas y no te mataré – le dijo muy educadamente.
  • ¿Habéis oído chicos? La pelirroja dice que nos va a matar…– les gritó al resto de las sanguijuelas. El grupo de demonios las iban acorralando poco a poco - ¿Qué crees que soy? – la preguntó mirándola directamente a los ojos.
  • Un chupa-sangres de mierda – le dijo ella mientras le mantenía la mirada. En un principio pareció sorprendido por su respuesta, pero después pensó que era simplemente un insulto.
  • Mi amiga es experta en aikido, taekwondo y Kendo – soltó Sun. No es que ella no se sintiera orgullosa de sus habilidades, pero sonó demasiado egocéntrico. Aunque no podía echarle la culpa a Sun, ella estaba asustadísima y no dejaba de temblar mientras Leah la colocaba detrás de su espalda.
  • Muy bien, pues que tu amiga nos enseñe algo de eso que dices que sabe hacer – dijo el rubio de bote mientras se reía. Sin que ellos se dieran cuenta las dos chicas estaban pegándose lentamente a la pared, de esa manera podrían tener las espaldas más o menos cubiertas. Había cinco demonios y cada vez estaban más cerca de ellas. Leah no debía dejarle ver a Sun sus poderes, estaba totalmente prohibido, pero en esos momentos no tenía tiempo de lanzarle un hechizo de niebla para dejarla ciega o inconsciente, su atención estaba únicamente en los asaltantes, mas tarde se ocuparía de borrarle la memoria a su amiga. Lo único que importaba era sacarla de allí sana y salva.

Antes de que pudieran atacarlas Leah se lanzó hacia el rubio a una velocidad muy desconcertante para los demonios que, cuando se lió a dar golpes certeros a su líder, se apartaron unos metros de ellos. Cuando Leah consiguió lanzar al rubio contra la pared con una fuerza muy poco corriente para un humano todos se pusieron pálidos.

  • ¿Qué mierda eres? No eres una cazadora, ellos no tienen tanta fuerza – espetó el líder mientras se levantaba del suelo y la miraba con recelo.
  • Es una bruja – dijo uno de ellos.
  • No, soy un bewaarder – dijo ella sonriendo de manera amenazadora – y ahora os tengo que matar a todos. ¡Elevatum tuam! – lanzó el hechizo apuntando con las manos a dos de los demonios que estaban a su derecha, estos se elevaron del suelo y quedaron suspendidos en el aire. Mientras los dejaba caer a gran velocidad contra el suelo lanzó dos bolas de energía a otros dos atacantes. Las bolas no les pueden matar, pero los deja fuera de combate por unos minutos, el tiempo suficiente para que Leah consiguiera dejar a los cinco medio inconscientes en el suelo - ¡Irivicom mian! – gritó ella haciendo que el palo de bambú del peinado de Sun saliera volando hacia su mano, después fue uno por uno ensartándoselo en el corazón. Una vez hubo terminado recitó el hechizo final y los cinco cuerpos se desintegraron en la noche.
  • ¿Qué cojones has hecho? – tartamudeó Sun mientras se levantaba del suelo. Como le fastidiaba a Leah tener que borrarle la memoria, pero no tenía otra elección.
  • Easeicom – dijo poniéndole una mano sobre la frente. Contó hasta veinte y así la haría olvidar los últimos veinte minutos.

El regreso a casa pasó sin ningún otro contratiempo. Sun y ella se metieron en sus respectivos cuartos para prepararse a pasar la noche, al día siguiente era domingo, por lo que gracias al cielo, pensó Leah, no había que madrugar para ir a la universidad.

1Diseñador de zapatos.

Bewaarder




                                                                       Prologo


Hace mucho tiempo,Yahveh expulsó del cielo a muchos de sus ángeles por rebelarse contra él y no acatar sus leyes, les entregó un cuerpo hermoso, y la posibilidad de tener sentimientos como un humano, pero los maldijo con una deformidad, cuando experimentaran en su propio cuerpo alguno de los siete pecados capitales; lujuria, gula, envidia, pereza, ira o soberbia, sus ojos se teñirían de rojo y sus colmillos crecerían. Les condenó a una existencia eterna en el mundo mortal, a beber la sangre de los humanos para sobrevivir y a no pisar a la luz del sol. Yahveh cometió un gravísimo error, pues no les quitó sus poderes de ángeles, tales como su gran velocidad, su fuerza y su indestructividad, por lo que se convirtieron en un gran peligro para la humanidad, eran los depredadores perfectos, eran imparables. Muchos de esos hombres y mujeres se convirtieron en implacables asesinos y Dios solo pudo darle un arma a sus fieles; al llevar una cruz encima, ellos estarían protegidos de los monstruos, pero Yahveh solo protegió a sus seguidores, el resto de personas creyentes de otras religiones quedaron indefensas. El coven celta, formado por los antiguos dioses y los Tuatha Dé Danann eligieron a un grupo de humanos y les trasmitieron poderes especiales para luchar contra esos demonios también llamados Nox por algunos escritos. Una de los ángeles de Yahveh, la más irrespetuosa y loca de todos ellos fue enviada al inframundo donde gracias a los poderes que Yahveh no le había quitado, pudo someter a Nergal, el dios supremo del infierno, y se convirtió en su consorte. Nergal loco de ira con Yahveh dejo de dirigirlo la palabra y comenzó a hacerle la vida imposible, los dos habían sido buenos amigos, pues el Edén no siempre significaba el bien y el inframundo no simbolizaba el mal, ambos mantenían el equilibrio necesario para que la humanidad pudiera subsistir, pero desde el momento que Ereshkigal llegó y tomó el control, todo se fue a pique, lo único que evitaba que ella saliera y conquistara el mundo humano, era la maldición de Yahveh, una maldición que la obligaba a quedarse para siempre en el inframundo. Sus antiguos compañeros y seguidores consiguieron dar con un modo de sacarla de su jaula y hacer que entrara en el mundo humano. Los ángeles caídos, llamados ahora anakims o vampiros abrieron un agujero en el inframundo, dejando salir a la Diosa Ereshkigal, la criatura más sanguinaria de todos los tiempos y a varios de sus demonios más fieles. La primera dama y sus secuaces solo estuvieron fuera del inframundo durante tres días, pero fueron los peores días de la humanidad, devoraron a miles de humanos y sometieron a otros tantos, Ereshkigal incluso se baño en su sangre, rito que la proporcionó poderes descomunales. Los humanos dotados por los dioses celtas, todos los demás dioses e incluso el marido de Ereshkigal, la atraparon a ella y a algunos de sus anakims en una prisión mágica en Escocia. Ella se había vuelto completamente loca, deseaba más que nadie gobernar el mundo y convertir a todos los humanos en anakims o demonios. Ningún dios podía permitir semejante locura, pues en el equilibrio entre el bien y el mal estaba el correcto funcionamiento del universo. Desde que se la encarcelo en el 900 d.c, las relaciones entre los dioses ya no son las mismas, sobre todo entre Yahveh y Nergal, quien ahora hace todo lo posible por fastidiar al dios supremo del Edén. En la actualidad existen dos tipos de criaturas; los demonios y los anakims, los primeros son asesinos sanguinarios incapaces de controlar sus sed, viven alrededor de mil años y solo se los puede matar dañando su corazón, no tienen ningún tipo de sentimiento ni código moral, desgarran a sus víctimas y se comen sus órganos. Los anakims son los ángeles caídos, tienen sentimientos, lo que los hace más peligrosos e inteligentes, se alimentan se sangre humana y aunque no es necesario matar a sus víctimas lo hacen para experimentar el placer que les otorga quitar una vida. Son inmortales e indestructibles. A los anakims se los caracteriza físicamente por su belleza, todos tienen alas negras, aunque para hacerse pasar por humanos las esconden dentro de su espalda, sus ojos se vuelven rojos y sus colmillos se alargan cuando se alimentan o experimentan alguno de los siete pecados capitales. Un anakim no puede convertir a un humano en lo que son, solo pueden hacerlo con los demonios. Hay dos tipos de anakims, los que son puros y los que no, estos últimos son los demonios convertidos por los anakims puros. A los demonios se los caracteriza físicamente por sus ojos grises, solo cuando se alimentan sus colmillos se extienden y les aparecen sus garras. Los dos son extremadamente peligrosos y desde que se unieron son un ejército casi invencible.

lunes, 23 de junio de 2014

Proximamente

Para leer online en este Blog:




El amor prohibido de Leah Morgan una de las cinco guardianas de la prisión del inframundo por uno de los los mas peligrosos seres oscuros que existe sobre la tierra.
Una historia de amor y magia que te trasportará a un mundo nuevo y que jugara con el pasado y el presente de los protagonistas.

Próximamente el primer capitulo

domingo, 22 de junio de 2014

Saga SubMundo II




En este libro de SubMundo II esta incluida la historia corta de navidades con fantasmas. Comienza un nuevo semestre en SubMundo con el que llegaran también unos nuevos estudiantes desde Holanda. En este nuevo curso los problemas no dejaran de perseguir a Dawn Summer y descubrirá que la mayoría de personas en las que ha confiado y a querido no son lo que parecen y no siempre le han dicho la verdad. Muchos secretos dolorosos se desvelaran en esta segunda parte donde Dawn tiene dudas acerca de todo y donde deberá demostrar sus habilidades como jefe de una unidad creada para destruir los portales de la Dama Negra. Sus sentimientos hacia Shane Darkness aumentan a la misma velocidad que sus extrañas emociones por otro de sus compañeros...

Link de compra en papel o descarga gratuita:

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Saga SubMundo I



Aqui os dejo mi primera novela;




Dawn Summer es mitad humana y mitad hada, siempre ha vivido con las Hadas y se ha sentido infravalorada y humillada por ellas. Este año por fin ha cumplido dieciocho años y está lista para viajar al instituto SubMundo para sobrenaturales, pero para desgracia de Dawn su odiosa hermanastra, Moira Green, también viajara con ella a ésta nueva vida. En SubMundo Dawn por fin conocerá vampiros y cambiaformas de los que se hará amiga y enemiga. Su pequeño gen de busca líos la hace meterse en medio de un complot de la Dama Negra, el hada más sanguinaria de todos los tiempo quiere secuestrar a Shane Darkness, un engreído y mujeriego vampiro que saca a Dawn de sus casillas cada vez que habla. Juntos tendrán que urdir un plan para sacarle del atolladero, pero algo increíble sucede y Dawn se convierte en la primera prioridad de la Dama Negra.

 El link para comprarla en papel y/o descargarla en ebook gratis es:  

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 **** Esta novela no tiene los capítulos colgados para leer desde el blog ****

Presentación

Hola a tod@s

Soy una escritora aficionada a las novelas paranormales románticas. Este es un mundo muy complicado para poder hacerse un hueco y publicar libros, por ese motivo decidí crear este blog. Algunas personas ya me conoceréis por ser la escritora de la saga SubMundo y muchos mas no tendréis ni idea de quien soy.

Me encanta escribir, pero lo que mas me gusta es que la gente disfrute de lo que escribo, aunque he de reconocer que normalmente todo lo que escribo es pensando en mi misma y por pura satisfacción personal.

Os doy la bienvenida a tod@s y deseo que quedéis tan atrapados con las novelas como yo lo hacia cuando las estaba escribiendo.

Muchas gracias y bienvenidos a mi mundo


Alba G. Gallego

Te vas sin dejarme un comentario....

Te vigilo....


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