Quimera

Capitulo 52

Estaba en un bosque, un valle rodeada de preciosos robles y a la orilla de un hermoso y limpio rio.

Los arboles hablaban, me decían lo bella que estaba y me animaban a sentarme bajo su sombra.

Era feliz en aquel sitio con mis amigos los robles... pero ¿Quien era yo? Me pregunté curiosa.

Me acerqué al cristalino rio y pude ver mi rostro en él. Era muy bonita tenían razón los arboles, mis ojos violetas destacaban sobre mi pálida tez y mi oscuro cabello.

No me importó no tener recuerdos... no los necesitaba allí, todo era perfecto, me sentía viva y en paz conmigo misma.

El roble viejo que me había acomodado de nuevo bajo su sombra me aviso de la llegada de ella. Podía escuchar sus pasos suaves sobre la verde hierva que crecía sana por todo el bosque.

Si darme cuenta esperaba entusiasmada su llegada.

¿Quien es ella? Me pregunté de nuevo curiosa, pero todas las preguntas que se agolpaban en mi cabeza carecieron de sentido al verla aparecer frente a mis ojos.

Una hermosa mujer pelirroja con un pelo salvaje y largo cabello apareció desde detrás de un joven sauce llorón.

Todas las voces la saludaron con jubilo y alegría.

• ¿Estabas aquí? - me preguntó sonriendo como una madre... no sabía de donde me venia ese conocimiento pero me sentí como una niña pequeña y la sentí a ella como si fuera mi madre.
• ¿Quien eres? - pregunté sonriendo – eres hermosa – añadí.
• Tú eres mucho más hermosa porque estas creada a mi imagen y semejanza – sus palabras hicieron eco en mi cabeza, pero no podía recordar donde había escuchado antes esa frase.
• ¿Por qué me veo más transparente que tu? - le pregunté al ver mi mano. Parecía un fantasma y no me había dado cuenta hasta verla a ella.
• Todavía no estas aquí completamente... todavía sigues luchando hija mía, pero pronto estarás a mi lado y el ser oscuro no andará lejos – sus palabras fueron como un extraño y complejo galimatias que no fui capaz de entender, antes de que me diera cuenta sentí un ramalazo de poder recorrer mi cuerpo y sentí como la fuerza me llenaba. Me acababa de volver completamente corpórea.
• Ya viene mi señora, puedo percibirlo – le dijo un roble asustado.
• ¿Quien viene? - pregunté nerviosa. El roble viejo me instó a que me refugiara bajo su tronco, pero permanecí allí al lado de la mujer.
• Me temo que ya no podemos hacer nada, solo esperemos que no deseen lo mismo que las otras veces – dijo la mujer resignada y agarrando mi mano.

Un horrible estruendo conmocionó la paz del bosquemagnum y una horrible ventisca nos azotó con fuerza.

De la nada comenzó a surgir una figura, algo dentro de mi se aterrorizo, era un hombre... era un ser oscuro... era un demonio.

No supe como había llegado yo sola a semejante conclusión, pero me lo decían mis instintos. Apreté con más fuerza la mano que me sostenía y enfrenté los verdes ojos de la mujer. Su sonrisa me tranquilizo, pero había algo en sus ojos... había cierto temor escondido bajo esa fachada protectora.

• Ya estas aquí – le dijo ella a modo de saludo.
• ¿Quien eres? - preguntó el hombre clavando inmediatamente los ojos sobre mi. Mi instinto actuó solo y me escondí detrás de la mujer, pero los ojos azul eléctricos de aquel demonio no dejaban de buscar los míos.
• ¿Tú quien crees que soy? - preguntó ella divertida – todo esto es mi culpa... yo cree este problema allá por el comienzo de los tiempos – dijo más para si misma que a él – mi confianza de antaño me hizo crear una vía de dialogo entre un ser oscuro y yo, pero mi intención nunca fue esta.
• ¿De que estas hablando? - le pregunté a la mujer volviendo a ponerme a su lado – tú no tienes culpa de nada, este ser ha entrado aquí sin que tú quisieras – dije confundiendo el sentido de sus palabras.
• Pequeña mía... no me refiero a eso, me refiero a que cuando Azazel y yo nos dividimos quise darle la oportunidad a cualquier demonio que no quisiera ser lo que es que buscase el perdón, y cree esta vía para llegar a mi y pedir un deseo... pero fui demasiado estúpida y no me di cuenta de que también abría paso a demonios que quisieran derrocarme...
• ¿Un ser divino crea un ritual para llegar a él en el que es necesario matar a una persona? - preguntó el demonio con ira en su voz.
• Demonio estúpido... la quimera luego recibe otra oportunidad de volver... vuelve a nacer como lo que ella más deseara cuando murió, que imagino no sera volver a nacer como quimera – explicó la mujer – ella fue en la otra vida un ser oscuro, un ser que mató a otra quimera y este fue su castigo cuando finalmente murió.
• ¿Ella fue un demonio? - preguntó el hombre señalándome. Yo volví a asustarme y me escondí de nuevo detrás de la mujer - ¿Por qué no me recuerda? - añadió. ¿Yo conocía a ese hombre?
• El alma de las personas necesita redimirse de sus pecados... y este alma ahora es pura. Ella no te recuerda porque esta muerta – las palabras me dejaron bloqueada. Yo estaba muerta ¿por qué? - Tú la has matado así que no nos andemos con muchos más rodeos y pide lo que quieras, te lo daré.
• ¡Maldita sea! ¿No sabes a caso que estoy aquí por ella? La quiero a ella, quiero que vuelva sana y salva – espetó el demonio dejándome boquiabierta. Pude ver un ligero atisbo de sonrisa en el rostro de la mujer pero fue tan imperceptible que me hizo dudar. ¿Seria posible que ella ya supiera los deseos del demonio?
• ¿Sabes que el día que mueras seras una quimera? - le preguntó ella – pero lo peor no sera eso... lo peor seran las represarías de Azazel... porqué es el quien primero tiene que castigar o premiar tu alma y si desaprovechas esta oportunidad para darme un golpe maestro que le devuelva el control del mundo a él... va a estar realmente enfadado – explicó la mujer, el demonio no pareció darle mucha importancia a sus palabras.
• Me da lo mismo, ¿Puedes hacerla volver o no? - preguntó el demonio volviendo a sacar esa extraña sonrisa del rostro de la mujer.
• Puedo, pero hay un problema, el corazón de esta mujer esta dividido en dos y tú lo sabes... no puede volver como una quimera, tiene que volver como una criatura sobrenatural, como un ángel, como un demonio, un fae, un vampiro... elige tú mismo lo que quieres que sea – le dijo ella.
• Yo no quiero ir con él – dije plantándome de brazos cruzados frente a ellos dos. Ella solo me sonrió, pero ninguno pareció hacerme caso.
• Quiero que regrese como ella desee, quiero que sea lo que ella quiera ser, lo que desee en su interior... yo no puedo decidir esto por ella, no seria justo – dijo el demonio enfrentando los ojos de la mujer.
• Vaya... me demuestras que mi idea de crear esta vía para que accedáis a ella no fue tan desacertada, aunque me haya costado dos muertes injustas antes de este momento – le dijo con un brillo especial en los ojos – ser bueno o ser malo... es absurdo que el mundo se haya dividido así, nadie es del todo bueno ni al contrario... todo depende de nosotros mismos, no por nacer demonio tienes que ser un asesino y bueno... no todos los ángeles son tan buenos como dicen... - la ultima parte se la susurró más hacia ella misma que a los que estábamos allí.
• ¿Qué es lo que vas hacer? ¿Vas a devolverla a la vida? - preguntó el demonio comenzando a perder los nervios.
• Por el poder que me confiero yo misma, devolveré la vida a Norah y será la criatura que ella verdaderamente desee ser. Buscaré en su corazón y eso será lo que haré – dijo la mujer tomándome de la mano y enfrentando mis asustados ojos – no te preocupes... no te acordaras de nada cuando despiertes.
• Espera un momento, tengo una pregunta más – dijo él acercándose un paso. Los arboles rugieron nerviosos y el demonio se detuvo.
• Dime lo que desees saber... al fin y al cabo esto es lo único que puedo hacer por ti, lo que quieras saber sobre cualquier cosa puedes preguntarme, solo una pregunta la que sea y te diré la verdad – Vi el rostro del demonio, le vi debatirse entre una pregunta y otra – ¿Quieres saber a quien de los dos ama más? yo puedo decírtelo... - le tentó la mujer.
• No... eso creo que prefiero descubrirlo yo mismo, quiero saber ¿Cual era realmente la manera de que ella dejara de ser una quimera?¿Qué hicimos mal?
• No hicisteis nada mal, esta es la única manera de que ella vuelva – explicó con una sonrisa – el amor desinteresado, el amor de un demonio, que un ser oscuro como tú amase con tanta fuerza que no le importase nada más que ella...

Después de decirle eso la mujer soltó una carcajada me miró y me besó en la frente. El calor de su beso, la paz de su tacto y el olor a bosque me transportaron de nuevo a un sitio oscuro.¹