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viernes, 1 de agosto de 2014

Quimera





Capitulo 30


Estábamos todos listos en la parte de arriba del club, ese día se había colgado en la puerta un enorme cartel de “cerrado por asuntos familiares”. Todos teníamos el corazón en un puño, temíamos que el plan de Blake y su bruja, que resultó ser mi tía Mary, no funcionara.
Alrededor de las doce la puerta del club se abrió dejando paso a Violet y justo detrás dos demonios que la escoltaban. Detrás de ellos entró la persona a las que más temía ver. Mi madre.
No era mucho más alta que yo, pero teníamos un cierto parecido, de hecho había heredado sus ojos.
Era una mujer poderosa se podía sentir en el ambiente y en la seguridad con la que andaba o como nos miraba a todos por encima del hombro.

  • Querida mía… que gusto poder conocerte al fin – dijo nada más poner los ojos sobre mí. Su diabólica sonrisa no auguraba nada bueno – Ven hacia mí y dejaré marchar a la pequeña vampiresa.
  • Está bien – dije sintiendo las miradas punzantes de todos los que me rodeaban – suéltala – dije mientras me acercaba poco a poco. El demonio que tenía sujeta a Violet la soltó y fue en ese momento en el que Olivia se lanzó hacia mi agarrándome por el cuello.
  • Sigues siendo una quimera... - afirmó dejándome un tanto dubitativa ¿Es que acaso era posible dejar de ser una quimera?– Por fin después de tantos milenios... – me susurró completamente embelesada en el pulso de mi cuello. No iba a dejar pasar mucho más tiempo, pero no podía moverme, sus ojos tan parecidos a los míos me frenaban…ella era mi madre. Había estado en cada mal momento de mi vida llorando sobre su foto y ahora ella quería matarme. Pero recordé las palabras de mi padre, le prometí que no dudaría en matarla si tenía ocasión. Comprobé por el rabillo del ojo que todos se habían marchado y rompí la ramita de olivo que me había dado Blake.
  • Mama… lo siento – la dije con lagrimas en los ojos y dejándola completamente descolocada. Fue en ese momento en el que todo estalló por los aires.






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