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lunes, 4 de agosto de 2014

Quimera



Capitulo 34



Todos esos momentos habían encajado en mi cabeza y ahora entendía muchos de los comentarios que habían hecho Chris y Nathan. Fue cuando pensaba en esos comentarios y discusiones cuando reparé en que ellos todavía seguían en esa habitación conmigo.

  • ¿Crees que puede escucharnos? - preguntó Chris.
  • Lleva así tumbada más de dos horas... no sé si esto es normal, esta casi catatónica – dijo Nathan con miedo y angustia en la voz.
  • Hombre, borrarle todo un año de su cabeza y ahora devolvérselo de golpe no creo que sea algo fácil de asimilar – se regodeó el demonio.
Podía escucharlos perfectamente, mi cabeza estaba comenzando a salir del trance, todos los recuerdos habían encajado correctamente en mi cabeza y sentía como todo volvía a estar completo, me sentía completa y confundida. ¿Cómo iba a ser capaz de enfrentar a Nathan...? el amor por él había vuelto, pero... se sentía diferente.
El miedo que me generaba Chris se había multiplicado por cien al recordar todo lo que nos había hecho y pude sentir como la ira me sacudía.
¿Qué demonios iba a hacer ahora?

Mis ojos volvieron a moverse y sacudí la cara desentumeciendo todas mis extremidades, no estaba demasiado segura del tiempo que había trascurrido mientras estaba sentada en modo catatónico, pero todos los músculos y nervios de mi cuerpo se había agarrotado. Me levanté de la cama para sentir los pies en el suelo y poder ubicarme.

  • ¿Cómo estas? - preguntaron ambos a la vez acercándose a mi. Alcé la vista y enfrenté los ojos de Nathan. Una descarga me sobrecogió y todos los sentimientos que habían estado olvidados en algún rincón, salieron de nuevo a la luz. No pude evitarlo y corrí a sus brazos.
  • Estas por fin aquí – me dijo en un susurro apoyando su frente sobre la mía – pensé que te había perdido para siempre – confesó. No deje que siguiera hablando y le tape la boca con mis labios. La sensación de volver a besarle me embriagó por completo y ambos nos dejamos llevar, pero algo no era igual... había algo que había cambiado en nuestro amor. Me separé de él y ante la sorpresa de ambos le abofeteé.
  • Eso si que no me lo esperaba – dijo el demonio con una maliciosa carcajada.
  • Cállate que tú también te estas rifando una – contesté dejándolos boquiabiertos - ¿Por qué diablos me hiciste esto? - pregunté furiosa.
  • Era la única manera – se excusó el vampiro.
  • La única manera era habernos quedado juntos y haber luchado juntos – le grité furiosa.
  • No quería que estuvieras en peligro – explicó intentando acercarse a mi. Le detuve con un gesto de la mano.
  • Entiendo por qué lo hiciste, pero no puedo perdonarte al menos por el momento... yo... ¿Sabes a caso lo que he sufrido? ¿Sabes que nunca ninguna hombre me parecía lo suficientemente bueno? ¡Por el amor de dios si hasta me acosté con Blake para supuestamente perder de una vez por todas la virginidad! Una virginidad que no existía – aclaré deleitándome en algunos recuerdos de nuestras muchas noches apasionadas.
  • Lo sé, créeme estos años han sido un infierno para mi también, podía verte pero no podía acercarme a ti... te he echado tanto de menos... - me dijo esta vez acercándose y abrazándome. Le devolví el abrazo y no pude evitar un sollozo.
  • Bueno, no tengo necesidad de ver estas ñoñerias – dijo el demonio. Se dio la vuelta y fue hacia la puerta dispuesto a salir de la habitación.
  • ¿Dónde te crees que vas? Todavía no he empezado contigo – le dije acercándome a él y abofeteandolo – esto es por como me trataste en el pasado – le eché en cara. Él no se movió, sabía que no le tenían que doler demasiado mis golpes, pero tenía que hacerlo... tenía que golpearle otra vez y lo hice, le propiné un puñetazo en el estomago – y esto por haberme besado – escupí. Nathan gruñó molesto ante tal acusación, pero el demonio se rió divertido y a la velocidad de la luz me agarró por los hombros y me empotró de nuevo contra la misma pared en la que nos habíamos besado.
  • Tú me devolviste el beso – me susurró al oído antes de apartarse – hacia tiempo que no veía esa expresión – me dijo mientras se alejaba de camino a la puerta. Nathan nos miraba a ambos con suspicacia.
  • ¿Qué expresión? - pregunté furiosa.
  • Tú arrogancia, durante ese año te hiciste mucho más dura de lo que eras ahora, por fin vuelvo a ver esa arrogancia y ese valor del que me enamoré en el pasado – dijo dejándome estupefacta a mi y casi catatónico a Nathan.
  • Olvídate de ella demonio y márchate – espetó mi vampiro.
  • Eso puedes ir olvidándolo, por el momento y hasta que no sepa que esta segura no pienso marcharme – dijo Chris fulminando a Nathan con sus terriblemente hipnotizantes ojos azules.





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