Capitulo 37
Dante se acababa
de marchar con ropa mía y varios viales llenos de mi sangre,
necesitábamos despistar a Luca y a Olivia el máximo tiempo posible,
para poder emprender el viaje con tranquilidad, sabía que solo
ganaríamos dos o tres días a lo sumo, pero era suficiente para
llegar a donde estaba el aquelarre y refugiarnos allí.
Blake y yo
regañamos como hacíamos siempre que se disputaba un asiento
delantero, pero al final gané yo, sobre todo porque Nathan no quería
que Chris y yo fuéramos juntos detrás.
Era la primera vez
que montaba en un automóvil tan grande, tenía plazas para siete
personas, pero entre Blake y Chris habían quitado los asientos
sobrantes para ir mucho más cómodos.
No hablamos mucho
durante la primera hora de viaje, cada uno iba pensando sobre sus
propias cosas, y yo personalmente no tenía muchas ganas de compartir
mi miedo… el ataque de Luca me había afectado mucho más de lo que
me hubiera imaginado, me sentí completamente indefensa y por un
momento llegué a pensar que iba a morir… y la única persona que
vino a mi mente en esos segundos en los que estaba atrapada por la
boca del demonio, fue para mi gran sorpresa, Chris.
Después de cinco
horas en la interestatal ochenta y uno, hicimos la primera parada,
Blake se había quedado completamente dormido y se despertó con el
sonido que hacia el coche al entrar en un camino de tierra. Habíamos
llegado al primer Walmart cercano a una carretera, por lo que no
teníamos que desviarnos mucho del camino. Acabábamos de pasar
Harrisonburg, Virginia y todavía nos quedaba un largo camino por
delante.
- Solo necesitamos ropa Chris y yo, vosotros quedaros en el coche, no tardaremos mucho – Les dije cuando vi que nos seguían.
- Yo necesito estirar las piernas y mear – espetó Blake bajándose del coche.
- Yo prefiero acompañarte – me dijo Nathan.
- No, no te preocupes por mi, estira un poco las piernas comprar algo de beber y comer en la gasolinera y quedamos aquí en el coche en veinte minutos – organicé, mirando el reloj, ya casi eran las diez de la noche, pero como era verano todavía quedaba un poco de tiempo antes de que terminara de anochecer.
- No me quedo tranquilo... estas corriendo mucho peligro... - no le dejé terminar la frase y aunque sabía que lo que le iba a decir le dolería, no tenía más remedio que hacerlo, porque era realmente lo que pensaba.
- Con Chris estoy segura y protegida, confío en él – creo que incluso el demonio se quedó petrificado y sentí como las palabras golpeaban a Nathan como puñales – no te preocupes por mi y cuida también de ti mismo, todos estamos juntos en esto – añadí dándome la vuelta y andando deprisa hacia el supermercado.
No tardé mucho en
localizar el departamento de ropa femenina y me di cuenta de que Chis
había hecho lo propio con el masculino.
Encontré un par
de pantalones cortos vaqueros en oferta y los cogí sin pensármelo,
vi dos vestidos muy veraniegos en blanco y violeta y también los
eché a la cesta. Había varias camisetas de manga corta sencillas de
varios colores y que costaban tan solo tres dolares, me hice con
cinco.
Después compré
unas deportivas y unas preciosas sandalias de cuña blancas para que
conjuntaran con todo.
De ropa interior
iba completamente servida así que me salte esa sección.
Chris y yo
llegamos a la vez a la caja y yo me dispuse a sacar la tarjeta de
crédito.
- Pagamos mejor en efectivo, pequeña – me dijo el demonio apartando la tarjeta y entregándole a la dependienta un fajo con el dinero.
- Por supuesto – dije dándome cuenta en ese momento de que había estado a punto de cometer una jodida estupidez. Podían localizar mi tarjeta y todo lo que habíamos hecho hasta ese momento hubiera sido en vano.
- ¿Qué pasa entre tú y el chupasangres? - preguntó el demonio nada más salimos del supermercado. Habíamos tardado menos de lo normal y los chicos todavía estaban en la gasolinera que había unos metros más arriba.
- No me pasa nada – dije nerviosa.
- Pensé que lo vuestro era algo épico, de hecho hubo un tiempo en el que estabas completamente dispuesta a morir por él – comentó mientras nos acercábamos al coche.
- No es algo que quiera hablar contigo – dije adelantándome y dejando las bolsas en el suelo al lado del Dodge. Chris me cogió por los hombros y me obligó a enfrentar sus ojos. Estaba atardeciendo y casi nos comía la oscuridad, pero podía verse el destello azul en su iris y sentí un escalofrió cuando noté como acercaba su cuerpo más al mio.
- No puedes negar lo que sientes por mi – afirmó el demonio.
- No tengo ni idea de lo que siento en estos momentos, no sé realmente que quiero... mi cabeza esta confundida y no puedo centrarme en eso mientras una loca demonio, que ademas es mi madre intenta asesinarme... tengo que concentrarme primero en descubrir como puedo dejar de ser lo que soy – dije más para convencerme a mi que a él.
- ¿Interrumpo algo? - preguntó la dura y fría voz del vampiro. Blake silbó divertido al ver la escena.
- No – contesté yo.
- Si – contestó el demonio que inmediatamente se acerco a Nathan y le arrebató las llaves del coche – ahora me toca a mi conducir un rato.
Dicho eso volvimos
de nuevo al coche y a la interestatal. No supe en que momento ocurrió
todo porque al parecer me había quedado dormida, pero los gritos de
Chris y Nathan me despertaron alarmada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario