Quimera

Capitulo 53

Mi oído regresó primero, y luego fueron regresando el resto de mis sentidos... ella me dijo que no recordaría nada. ¿Por qué demonios me acordaba de aquel bosque y de todo lo que había sucedido en él?

• Es un regalo – susurró alguien dentro de mi cabeza, no me hizo falta preguntar quien era para saberlo. Chris no sabría que lo recordaba todo... el demonio no sabía que iba a recordar cada cosa que había dicho y hecho en aquel bosque. Era un regalo para mi saber que me amaba tanto como para arriesgarse a ser castigado por Satanás cuando muriera y a ser una quimera en su próxima vida...

Abrí de pronto los ojos y me encontré con varios rostros mirándome. Reconocí solo dos de ellos e instintivamente me levanté a velocidad sobrehumana y me lancé contra el intruso.

Chris me detuvo antes de que pudiera hincarle los dientes a la extraña mujer que había sentada en mi cama.

Nathan se acercó por detrás de nosotros y sentí algo extraño cuando me tocó. Empujé a Chris contra la pared y me giré hacia el vampiro.

Acerqué mi nariz a su cuello e inspiré profundamente. Chris no interfirió y se puso delante de la mujer para protegerla. Los celos me golpearon como un mazo y si no hubiera sido por el agarre que tenía Nathan de mi brazo me hubiera vuelto a lanzar contra ellos.

• Hueles diferente... - le dije con una voz gutural que casi no reconocí como mía.
• Tú también – me dijo apartándome el pelo de la cara y acariciando mi mejilla.
• Eres un demonio – dijo desde detrás de mi Chris, casi con incredulidad. No le presté atención. Sabía perfectamente en lo que me había convertido, de alguna manera extraña lo había sabido desde que había vuelto a la vida.
• Tú has detenido tu envejecimiento... eres un vampiro completo – le dije acercando mis labios a los suyos. Nathan salvó la distancia entre ambos y me besó. Fue un beso duro y salvaje que yo correspondí, mis instintos correspondieron, pero me detuve rápidamente, no dejé que llegara a mayores.
• Tus instintos te dominan...eres un demonio adolescente – gruñó Chris – esto va a tomar mucho tiempo... - dijo para si mismo.
• Tengo sed de sangre... tengo instintos homicidas... ¿Qué me esta pasando? - dije girándome hacia Chris que todavía seguía escudando a esa mujer que olía de maravilla. ¿Qué demonios hacia protegiendo a esa tipa? Los celos otra vez se dispararon.
• Es normal que estés así... tienes que intentar calmarte – dijo el demonio acercándose a mi.
• ¿Quien es esa mujer? - pregunté señalando a la joven. Inmediatamente clavé los ojos en los suyos y ella palideció.
• Es quien te ha salvado la vida, se llama Mia y es una mestiza de Jinsey – las palabras del demonio me dejaron atónita y miré de nuevo a la mujer con otra expresión en el rostro.
• Gracias – le dije haciendo que se relajaran todos. Momento que aproveché para lanzarme a su cuello.