“Profecía”
Aislyn
“Cuando
una pareja formada por la luz y la oscuridad, descendiente de cinco
grandes poderes, se una comenzará la división entre los mundos,
pero cuando el oro caiga será la oscuridad la que decida si llenar
el mundo de luz o sumergirle por completo en la noche.
Cuatro
serán los candidatos y en la vigésimo quinta luna la unión de los
dos destructores completara, marcando el punto exacto de su ubicación
para que las fuerzas de los mundos los exterminen, solo tendrán
catorce lunas para destruirlos.
La
división de la profecía se marcará.
Si
ellos viven será la oscuridad la que prevalezca, si ellos mueren
será la luz la que se alce cuando la grieta oscura esté en su
cumbre más alta.
Otros
despistaran a las fuerzas de los mundos y muchos morirán antes de
que sean un riesgo para la vida. Varias parejas se alzaran a la vez,
pero solo una será la que tenga el destino del mundo en sus manos.
Será
su decisión si sobreviven. Será su muerte la que lo desencadena.
Será la luz si eligen con el corazón y será la muerte si no”
Cuando
nos acomodaron en dos habitaciones contiguas y muy sencillas, Keiran
y yo solicitamos que nos llevaran a donde estaba el libro con la
profecía. Ahora estaba leyendo la traducción que habían realizado
y comparándola con la original, tenia que reconocer que yo no podría
haberla traducido mejor, pero eso no significara que no fuera un
galimatías con miles de variantes y de interpretaciones.
- ¿Qué opinas tu? – le pregunté a Keiran que se había sentado a mi lado en una de las grandes mesas de la biblioteca.
- La verdad es que no tengo mucha idea, pero hay millones de personas que conozco que encajan en parte en el perfil de esa “pareja” – dijo poniendo cierto énfasis en la última palabra.
- He intentado interpretarla por partes y solo consigo estupideces sin sentido. Necesito un trago – conjuré un vodka con limón y me lo tome de un solo trago.
- Vaya, no dejas de sorprenderme mojigata – espetó el imbécil de mi guía.
- ¿Sabes? Tuve una visión en la que aparecía Mihail – no sé por qué me decidí a compartir esa información con Keiran, pero la verdad es que echaba de menos tener a mi mejor amiga cerca o a alguien con quien hablar y no solo discutir.
- ¿Qué pasaba en la visión? – de repente estaba mucho más interesado en lo que tenia que contar.
- Pues ahorrándome los detalles…más íntimos, básicamente me estaba matando – solté casi a bocajarro.
- ¿Y donde coño estaba yo? – preguntó el demonio como si yo fuera una adivina a la carta.
- Pues no lo se listillo, nunca he tenido visiones de mi propio futuro, por lo que esta ya es demasiado rara y no iba a centrarme en saber donde o que estabas haciendo – de verdad a veces era un narcisista.
- No te quedes nunca a solas con él, ¿Qué estabais haciendo cuando te mataba? – preguntó mientras enfrentaba mis ojos. Estaba claro que yo no valía para ser una experta jugadora de poker. Mi cara se torno roja como un tomate y no me hizo falta responder – ¡te lo estabas follando!¿Cómo se te ocurriría semejante locura? ¿eres una suicida? Ni se te ocurra acercarte a él o cuando te mate, por que pequeña bruja no dudes que el único que te va a matar soy yo, te haré pagar por cada una de tus meteduras de pata.
- Dejame en paz, yo haré lo que me de la gana, tú no eres mi dueño ¿tengo que recordarte que es al revés? Yo soy quien da las ordenes – eso encabronó mucho a mi demonio y sus ojos ondearon verdes durante los cinco minutos que le costó controlarse.
- ¿Te das cuenta de que nos hemos metido en la boca del lobo?
- Lo sé, pero te prometo que saldremos de esta.
Pasamos
más de quince minutos en silencio, yo seguía leyendo y releyendo la
maldita profecía, no podía concentrarme, todo lo que me había
pasado este ultimo mes y medio me había cambiado, ya no era la mujer
inocente de antes y había algo que me preocupaba más que la
profecía, ¿Cómo era posible que mis ojos se tornasen verdes cuando
me enfadaba? Trevor me lo había dicho, pero no había tenido tiempo
de comprobarlo por mí misma .Si fuera verdad, ¿Qué significaba?
Echaba de menos a Ryan, mi amigo el empollón, estaba segura que él
tendría alguna pista sobre ello, lo buscaría en los miles de libros
de la biblioteca y encontraría la respuesta. ¿podría contactar con
él ahora que estaba bajo la protección de Mihail? Me dispuse a
levantarme e ir al dormitorio a por uno de mis libros para poder
contactar con mi amigo, pero alguien nos interrumpió.
Una
vampiresa muy guapa entro sin llamar a la biblioteca y sin echarnos
más de una mirada nos anunció que Mihail quería que nos
reuniésemos con él y con la otra pareja de “raros” antes de la
cena. Para eso quedaban solo tres horas, las suficientes para por fin
ponerme a leer mi libro secreto.
- Voy a ir a leer un rato a mi dormitorio – le dije a Keiran mientras me levantaba de la silla.
- Voy contigo – en ese momento me arrepentí de haberle contado lo de mi visión.
- No, necesito estar sola, quiero estar sola, es una orden no pises mi habitación – la mirada asesina del demonio hizo que el miedo recorriera todo mi cuerpo, pero como bien me había enseñado él, no lo deje salir y mis ojos permanecieron fríos como los suyos. Su carcajada me pillo por sorpresa.
- ¡Vaya! Aprendes rápido – dijo mientras se desvanecía en el aire.
Por
fin sola durante tres horas, ya tenia claro lo que iba a hacer,
atravesé tres alas de la mansión y por fin encontré mi dormitorio.
Conjuré mi libro y esté apareció de la nada junto a mis narices.
Era
una lectura muy interesante, había conjuros y hechizos para bloquear
a tu oponente, para matar e incapacitar y lo más importante había
un conjuro que te hacia invisible, doble la esquina de esa hoja ya
que sabía que seria de mucha utilidad. Mi sorpresa vino con la
última pagina del manuscrito. Había un conjuro increíblemente
largo que había diseñado la mismísima Railyn y era el más
practico de todos. Recitándolo bien hacia que la bruja en cuestión,
absorbiera todos los conocimientos del libro de inmediato, no hacia
falta estudiar los hechizos. Era como implantarse un chip en el
cerebro, todas los conjuros, todas las artes marciales y la sabiduría
de ese libro, ese hechizo convertiría al propietario o propietaria
en un ser muy poderoso. Yo necesitaba eso y no solo por el poder,
necesitaba ser más fuerte y poderosa para cuando tuviéramos que
escapar y sobre todo para cuando Keiran se soltara de mi y me
atacara.
Al
final del hechizo había una nota escrita en mayúsculas, algo que
hizo que recapacitara y pensara mejor mi decisión sobre recitar o no
el hechizo.
“ NO
HAY MARCHA ATRÁS, SI LO RECITAS LO TENDRAS, LA MAGIA TOMARA UN
SACRIFICIO EN TU PIEL Y LA LINEA QUE PERFILA EL BIEN Y EL MAL SE
EMBORRONARÁ. NO TE DEJES CONFUNDIR POR EL PODER O TE CORRONPERA
DESDE LO MÁS DENTRO DE TU ALMA”
Joder.
No tenia una mejor palabra para describir mi enfado, sabía que había
gato encerrado, la magia no da cosas a cambio de nada. ¿Qué
significaba que mi piel se vería sacrificada? Después de mucho
pensarlo durante más de una hora, decidí que no tenia otra
alternativa, necesitaba absorber esos conocimientos cuanto antes y
confiaba mucho en mí misma, el poder no podría corromperme por que
no lo ansío, solo lo necesito para sobrevivir. ¿Me engañaba a mí
misma?
Zaphirah
se paseaba nerviosa por la habitación, no la gustaba nada ese lugar,
pero la suerte de ser un gato es que eres capaz de entretenerte con
cualquier cosilla que tenga flecos y en ese dormitorio había muchos
cojines interesantes y divertidos para mi gata.
Prepare
la cama con una vela en cada extremo y me situé en el medio con las
piernas cruzadas, tome el libro con las dos manos y me puse a recitar
el conjuro. Estaba escrito en un idioma muy extraño, no lo había
visto en mi vida pero de repente sin saber como mis ojos comenzaron a
juntar letras creando palabras que comprendía perfectamente y fue
entonces cuando comencé.
“ Por
el poder que me ha dado el universo yo convoco a los cuatro grandes,
fuego, tierra, aire y agua, les suplico que me entreguen la sabiduría
de estas paginas, que todo el poder de la luz entre dentro de mi, que
todo mi cuerpo sea su sostén, juro por mi vida no utilizar este
poder contra nadie por venganza, envidia, ira u odio. Que los más
antiguos poderes de la madre tierra me guíen en este camino hacia lo
desconocido, que no me dejen caer en la tentación y me ayuden a
prosperar. Toma una parte de mi como sacrificio y voto de fidelidad
hacia ti”
Cuando
terminé de pronunciar las últimas palabras comprendí a que se
refería con tomar una parte de mi. Noté como la piel de mi espalda
ardía sin freno, el dolor era horrible, mi cabeza daba vueltas,
sentía la información llenando mi memoria, pero el dolor hacia tan
intenso hacia que sin lugar a dudas esa fuera el peor momento de mi
vida, duró lo que para mi fue una eternidad e incluso desee poder
morirme en aquella cama para que parase el dolor. El sufrimiento
remitió igual que vino, rápido y sin avisar. Me quede tumbada en mi
cama sudorosa y con la cara llena de lagrimas, me daba miedo moverme
por si me rompía al hacerlo, sentía todos los músculos de mi
cuerpo adormecidos del dolor, pero lo que más me dolía era la
espalda,más específicamente la piel de la espalda. Cuando por fin
fui capaz de ponerme de pie fui directamente al espejo del dormitorio
y me quite la camiseta rápidamente. No me sorprendí al ver un
enorme tatuaje rojo de flores que empezaba en la rabadilla del culo y
subía por toda mi espalda hasta descansar en mi hombro, un poco más
arriba de mi seno. El diseño me era muy familiar pero por más que
lo miraba no conseguía acordarme de donde lo había visto antes.
Sorprendentemente
habían pasado dos horas y a mi se me había hecho muy corto, no me
sentí más inteligente ni diferente, la única prueba de que el
conjuro había funcionado era el tatuaje y el dolor cada vez más
tenue de mi espalda.
Decidí
que lo mejor para saber si todo había salido bien era probar mis
supuestas nuevas habilidades, así que decidí esconder de nuevo el
libro y llamar a Keiran.
Solo
pronuncie su nombre una vez y se materializo en mi dormitorio de
inmediato.
- Pensaba que querías estar sola – dijo examinando cada centímetro del dormitorio – huele extraño aquí, ¿Qué has estado haciendo?
- Nada de tu incumbencia, necesito probar algo. Atacame con lo mejor que tengas – le dije sin rodeos. Se quedó bastante sorprendido y después de recapacitar me precipitó sobre mi.
Pude
parar la mitad de sus golpes y devolverle alguno, no era lo que había
esperado, pero era mejor de lo que tenia antes. Keiran atacaba cada
vez con más furia y yo comenzaba a debilitarme, para salir de eso mi
mente encontró lo que necesitaba y le paralice antes de que pudiera
darme una patada que seguramente me hubiera dolido durante días.
- ¿Qué demonios has hecho? – preguntó con sus ojos brillando con fuego.
- Paralizarte, empezabas a ponerte burro – dije mientras me apartaba de la trayectoria de su pierna y lo descongelaba con un movimiento de mi mano.
- No me refiero a eso, estas distinta y has aprendido cosas… ¿Cómo lo has hecho?
- No importa el como lo he hecho, importa que gracias a esto podre defenderme de todos, incluso de ti – le dije mientras me sentaba sobre mi cama.
- Ten cuidado con las cosas con las que estas jugando, pueden ser peligrosas y todavía te necesito viva – como siempre tan preocupado por su propia seguridad.
- Te patearé el culo cuando llegue el momento – le dije mientras me situaba frente a él a velocidad sobrehumana. Supe que mis ojos se había vuelto verde esmeralda cuando los vi reflejados en los suyos.
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