“
Despedida ”
Idris
El día había llegado. Contra todo
pronostico me permití soñar con una victoria. Podemos hacerlo me
dije a mí misma antes de salir de la cama, tan solo quedaban seis
horas para culminar nuestro destino, y estaba más que preparada para
afrontarlo, pero antes que nada tenia que hacer algo que había
estado retrasando por mucho tiempo. Tenia que ir a ver a Keiran y
Aislyn.
Xander no me acompañó y yo utilicé
un pequeño hechizo que había conseguido en el libro para poder
transportarme a su casa. El hechizo era lo suficientemente inocuo
para no provocar la salida de una nueva marca sobre mi ceja.
- Pensé que no vendrías – me dijo ella nada más abrirme la puerta. Gregory estaba de pie sosteniéndose con el sofá.
- Vaya que mayor esta, si casi puede andar – dije para cambiar el tema, era verdad que llevaba varios meses sin hablar con ellos – tengo algo que contarte – la dije enfrentando sus ojos - ¿Dónde está Keiran? - pregunté extrañada de que no estuviera junto a su mujer.
- Cazando, y ahora, cuéntame – dijo ella sentándose en el sofá y golpeándole con la mano en una invitación para que yo hiciera lo mismo. Estaba nerviosa... ¿ocultaba algo?
Le conté todo lo que había sucedido
con Gaia la noche anterior. Aislyn siempre se refería a ella como
los poderes, pero ambas sabíamos de quien estábamos hablando.
La bruja no se mostró muy sorprendida
con la historia de la triada y de que Xander y yo seriamos el tercer
bando o poder del universo.
- Tuve una visión – me reconoció. Eso lo explicaba todo, jugaba con ventaja.
- Solo te lo he contado a ti, Xander no lo sabe – confesé, a diferencia de lo que pensaba, Aislyn me apoyó en la decisión de ocultárselo al demonio.
- Debes marcharte – dijo ella nerviosa dándome un abrazo y un beso – ten, toma esto – dijo entregándome una especie de vial con un extraño liquido verde – debes romperlo solo si la batalla se complica mucho, no debes hacerlo antes.
- ¿Qué es? - pregunté colgandomelo del cuello.
- Es un hechizo de fuerza, te dará a ti a quienes te rodean la fuerza para un ultimo empujón, se que no es mucho, pero mis poderes ya no son lo que eran antes de dar a luz – se excusó ella abochornada.
- No te preocupes, espero no utilizarle – dije mientras lo tocaba.
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