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martes, 2 de diciembre de 2014

Ragnarok 95




¿Estas segura?”
Idris



Keiran se marcho furioso, pero no podía hacer nada por complacerle. Sabía como se tenia que sentir, era difícil para ellos pensar en mi muerte, pero yo ta lo tenia bastante más asumido de lo que pensaba.
Xander.
Fue su rostro el que se me vino a la cabeza por unos segundos. No quería reconocérmelo a mí misma, pero algo estaba surgiendo en mi interior, un sentimiento por él diferente... no quería pensarlo demasiado.
Fui a su cuarto para ver como estaba. Estaba bien. Muy bien. Me dijo mi libido cuando le vi solo con los vaqueros recostado sobre la cama con los manos debajo de la cabeza. Los músculos de su torso se marcaron bajo su piel cuando se giró para mirarme.
  • La gente suele llamar a la puerta – me dijo burlón – podías haberme pillado desnudo – bromeó. La imagen pasó fugazmente por mi cabeza y un abrasador fuego inundó mi interior.
  • Estaba preocupada – dije intentando centrarme - ¿te encuentras mejor? - le pregunté acercándome. Me senté junto a él y puse mi mano sobre su frente. Sus ojos se agrandaron cuando repararon en la nueva marca sobre mi ceja – lo sé, son daños colaterales – dije evitando que preguntara.



Xander se incorporó sin dejar de mirarme los ojos y pasó un dedo sobre mis marcas. Me estremecí por completo y cuando abrí los ojos no pude evitar ver en su rostro un atisbo de lujuria. Mi pequeño gemido había despertado en el algún tipo de reacción. Sin esperármelo, Xander me beso en los labios, primero muy suave, tanteándome y cuando le devolví el beso, el demonio lo entendió como luz verde. Nuestro beso era cada vez más fuerte,más apasionado. Nunca había sentido tanta lujuria, tanto deseo por nadie, ni siquiera Chistian había despertado en mi algo tan primitivo.

  • ¿Estas segura de lo que haces, pequeñaja? - preguntó mientras besaba mi cuello y hacia que se me escaparan pequeños quejidos de placer.
  • Jamas he estado tan segura de algo – dije desde el fondo de mi corazón.
  • La barrera desparecerá – dijo con la voz ajada.
  • Me da lo mismo – confesé tirando de él hacia mi para colocarlo encima mio. Sentí su largo miembro presionando sobre mis pantalones y pensé que me iba a volver loca de deseo.



Mi camiseta y sujetador salieron volando hacia el suelo de la habitación, no sé como fuimos capaces pero antes de que me diera cuenta sus pantalones y los míos habían desaparecido.
Los ojos se Xander no dejaban de recorrer mi cuerpo encendiendo cada parte que miraba, estaba jugando conmigo, veía como me seducía y veía la lujuria que le provocaban mis miradas y mis caricias.
Sentí como mis braguitas de encaje se rajaban y noté como también habían desaparecido sus bóxer. Agarré su cabeza y la baje hacia mi para poder comerle la boca con mucha más ansia, fue en ese momento que sentí sus colmillos afilarse y cuando volví a mirar sus ojos había dejado de ser pardos, ahora eran verdes esmeralda. No me importó y volví a besarle con fuerza dejándole completamente a mi merced, sabía que lo había hecho para probarme, pensó quizás que tendría miedo o que le rechazaría, pero jamas podría haber hecho eso, yo ya sabía quien era el hombre que estaba encima de mi, sabía lo que había hecho, sabía de sus instintos y de su dieta, pero no me importaba, yo había visto algo en él, Xander no era un nox común, Xander si tenia sentimientos.
Noté como su miembro completamente duro se habría paso entre mis piernas, como jugaba en la puerta de mi sexo. Le escuché gruñir con furia cuando arquee mi cuerpo para que la punta quedase completamente enterrada en mi calor.
  • Te va a doler un poco – dijo casi en un susurro, le estaba costando mucho controlarse y no embestirme.
Poco a poco fui sintiendo su miembro dentro de mi, no sentí ningún tipo de dolor, estaba completamente lubricada y dispuesta.
Comenzó con un movimiento lento y continuo, pero mi gemido de placer le hizo perder el control por completo y se enterró con fuerza, cada batida era una descarga de placer que recorría mi cuerpo, mirarle a los ojos mientras gemía pareció volverlo completamente loco y sin esperarmelo algo enorme comenzó a fraguarse dentro de mi, sabía que explotaría en cualquier momento y eso fue lo que sucedió, mi clímax me inundó por completo haciendo que mis gemidos aumentaran de volumen y sus embestidas aumentaran de velocidad. Sentí su gruñido y supe lo que venia a continuación, tiré de su rostro hacia abajo y le se bese profundamente mientras se corría dentro de mi. Podía sentir sus bramidos en mi boca y sin dame cuenta estaba de nuevo volando con él otra vez hacia el clímax.
Mientras él se sacudía con fuerza dentro de mi, podía sentir como las paredes de mi sexo daban espasmos mientras mis ojos solo podían ver estrellas.
Nos besamos durante largo rato, el suficiente para quedarnos completamente dormidos, uno en los brazos del otro.



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