“Ragnarök”
Idris
Nuestro ejercito se desplazó a medio
día hasta la explanada que había junto al río, lugar que se había
estipulado para librar esa batalla, aunque me costó mucha fuerza,
con ayuda de las doce brujas que formaban nuestro circulo de poder
fui capaz de desplazar la salvaguarda hasta ese lugar.
No me fiaba de la palabra de un demonio
como Chistian...
Chistian...
Chistian estaba muerto, Gaia me lo
había dicho, su alma ya no estaba allí, no podía dejarme engañar,
no podía vacilar ni un segundo o terminaría muerta.
Preparamos unas hogueras y todos fueron
poniéndose unas rudimentarias armaduras que habían diseñado las
mujeres de la colmena, quienes se habían quedado atrás con la
protección de una pequeña custodia puesta por las brujas.
Las armaduras estaban bien estudiadas,
protegían el cuello con retazos de cuero y dientes de animales
previamente afilados. Los brazos, estaban protegidos solo con cuero
pero el antebrazo lucia de la misma manera que el cuello. Era muy
inteligente, pues era donde se encontraban las arterias de mejor
acceso.
Yo también me equipé, no teníamos
muchas cosas y no pudimos más que fabricar algunas prendas en cuero,
la verdad es que parecíamos salidos un mal remake sobre la vida de
William Wallace.
Me habían conseguido una espada, en
concreto una katana japonesa de ébano, al parecer era de Keiran. La
mayoría de los soldados tenían sus propias espadas y armas, Erik y
Mary eran los que portaban las armas automáticas. Nos habíamos
estructurado por secciones. Las brujas irían detrás del todo, antes
de llegar a ellas tendrían que pasar por encima de los hombres más
jóvenes, las siguientes 3 fila estaban compuesta por hombres más
adultos y en la primera fila estábamos Xander, Erik, Mary y yo.
La función de las brujas era
primordial, no podíamos esperar una batalla justa por su parte y
seguramente utilizarían sus poderes.
Esa era la tarea de nuestro circulo
mágico, ellas habían creado un campo magnético alrededor de todos
que despistaba un poco a los demonios, les nublaba un poco la vista,
les mareaba y reaccionaban con menor rapidez, todos esos hechizos los
había sufrido Xander en primera persona y estábamos seguros de que
funcionarían.
Me volví a permitir el lujo de soñar
con la victoria y toqué de nuevo el colgante de Aislyn, esperaba no
tener que utilizarlo, pero era un arma más a tener en cuenta.
La llanura era lo suficientemente
extensa para que la lucha fuera espaciada, pero según mis cálculos
necesitaríamos matar al menos ochenta demonios y no perder a ninguno
de los nuestros para así equiparar los bandos.
Era muy complicado cumplir las
espectactivas.
- No utilices ningún hechizo demasiado poderoso por muy mal que te veas – me dijo Xander acercándose a mi. Él iba a luchar a cuerpo, tan solo una camiseta de manga corta y un pantalón de deporte lo suficientemente liviano como para que me entrara un escalofrió. No debía haber más de un grado a la intemperie, pero él no sentía el frió como lo hacíamos nosotros.
- No me mires así, cuando estés en plena batalla sudando te acordaras de mi manga corta – me dijo rodeándome la cintura con sus brazo y besándome dulcemente. En ese momento Chistian se apareció frente a nosotros al otro lado de la salvaguarda que habíamos transportado.
- ¡No la toques! - le gritó a Xander que no me soltó – ella es mía, ha sido mía desde que la conocí en la guardería – espetó haciendo que mi corazón diera un vuelco. Yo sabía que el alma de Chistian no estaba allí, pero sus recuerdos y sus “sentimientos” si.
- No soy tuya y ahora marchate y reúne a tu ejercito, quiero terminar esto cuanto antes, le dije apartándome de Xander y acercándome peligrosamente a la salvaguarda.
Dicho y hecho, según se marcho una
enorme horda de demonios y nox comenzó a aparecer de todos lados
excepto desde nuestras espaldas donde ya habíamos puesto algunas
pequeñas trampas y donde las brujas había puesto varios hechizos
aturdidores. Sabía que nos atacarían en circulo dejándonos en el
medio, y gracias a esa intuición al final se tuvieron que reunir
todos frente a nosotros, justo donde los queríamos.
- ¡Levanta la salvaguarda! - Gritó Christian que se había situado al igual que yo en la cabeza de su pelotón. Eso fue lo que hice, me encomendé a Dios, Dais, Los poderes, Gaia o lo que fuera que me protegiera y alcé las custodias que nos protegían a todos.
El Ragnarök comenzó ellos corrieron
hacia nosotros y como estaba previsto cuando llegaron a la zona donde
llegaba el radar de las brujas, sus movimientos se hicieron más
lentos y descordinados, momento que aprovechamos para contraatacar.
Lancé con mis dos manos bolas eléctricas que dejaron KO a varios
demonios de grado inferior, cuando pasé por su lado de una sola
estocada con la katana separé su cabeza del cuerpo, nadie se
interponía ya entre Chistian y yo y antes de lanzarle mi primer
ataque, miré a Xander que se las estaba apañando muy bien solo, ya
había eliminado al menos a tres de los suyos.
Divisé varios cuerpos humanos en el
suelo, no estaban muertos, los estaban dejando fuera de juego. Al
principio a los nox les sorprendió la protección de los cuellos,
esa sorpresa fue tomada como una ventaja por los humanos que pudieron
estacar y decapitar a más de uno. Mis hombres trabajaban de dos en
dos, y aun de esa manera les estaba resultado difícil.
Los demonios arrancaban las
protecciones del cuello y bebían de los humanos hasta casi
drenarlos. Pude sentir en el equilibrio que ya había alguna baja en
mi bando aunque por el momento las bajas en el suyo eran mayores.
Chistian lanzó su primer ataque, una
bola de fuego verde que me chamusco parte del brazo, pero pude
esquivarla sin problemas.
- ¿Qué tal mejor un cuerpo a cuerpo?, con nuestras armas, sin magia – le grité.
- Esta bien - dijo transportándose frente a mi y dándome un horrible puñetazo. Escuche a Xander gruñir furioso, pero ya le había avisado, no podía interponerse en esto.
Moví rápidamente mi pierna y le lancé
hacia atrás con una buena patada, cogí del suelo la katana que se
me había caído cuando me había golpeado, y me lancé hacia él.
Esquivó el golpe con sólo un
movimiento y me agarró del cuello.
- ¡Zorra! - gritó cuando vio mi mordedura. Ese despiste fue el que necesité para zafarme de él y confrontarlo de nuevo con la espada.
Vi que no había manera de ganarle
cuando esquivaba con suma facilidad cada uno de mis costosos estoques
por lo que fui la primera en romper el pacto y le lancé dos bolas de
energía que esquivo sin problemas.
Por el rabillo del ojo vi como un
demonio de nivel superior se hacia con el cuello de mi mejor amigo y
lo desgarraba sin ningún cuidado... me quedé congelada en el sitio
al ver como manaba la sangre de su herida, Mary gritó y apunto su
arma contra ese demonio vaciando sobre él todo el cargador del M16.
Me maree, pensando en lo que había
pasado frente a mis ojos y sentí unas horribles nauseas cuando vi
caer sobre la hierba el cuerpo ya sin vida de Erik.
Concentré toda mi furia en otras dos
bolas de electricidad cargadas con mi ira y mi dolor y se las lancé
a un Chistian que miraba divertido la escena, esa vez di de lleno
sobre su cuerpo.
Le vi sacudirse fuertemente y su rostro
paso de la diversión a la ira, le había hecho pupa. La rabia me
inhundaba, los chicos jóvenes estaban cayendo, nos estaban ganando,
no podía permitir aquello, por lo que me concentré en un temible
hechizo que había leído en el libro de Railyn.
Según las palabras se formaron en mi
cabeza lancé mi magia a todos los nox que estaban a mi derecha
(puesto que Xander estaba a mi izquierda no me quise arriesgar
demasiado apuntando a su lado) he hice bien, al menos veinte de ellos
salieron ardiendo y se convirtieron en cenizas en pocos minutos.
Una marca más me salió en la cara,
esta vez bajo mi ojo, pude sentirla brotar con total claridad,
parecía como si estuvieran trazando un antifaz alrededor de mi
cuenca.
Xander me gritó algo que pareció como
un reproche, pero no lo escuché y de pronto el rostro de Chistian
estaba a un palmo del mio, me había distraído recreándome las
devastadoras consecuencias que había tenido mi hechizo y no le vi
venir hacia mi, un error que me constó muy caro.
Un horroroso dolor punzante inundó mi
estomago.
No hacia falta que mirara hacia abajo
para saber que mi propia espada estaba completamente clavada en mi
estomago. Lo que más me dolió fue cuando la sacó dando un brusco
tirón.
El desgarrador grito de Xander me sacó
de shock, pude visualizar el equilibrio una vez mas... faltaban por
liquidar al menos veinte demonios para poder ganar. Saque las pocas
fuerzas que tenia para romper el amuleto de Aislyn y de pronto junto
a mi aparecieron cuatrocluces flagrantes que en segundos se
convirtieron en Aislyn, Keiran, Railyn y Mihail no se detuvieron para
examinar daños y comenzaron a derribar oponentes, Xander fue
directamente hacia Chistian y comenzó entre ellos una lucha
encarnizada.
Mi visión cada vez se volvía más
borrosa. Me estaba muriendo, lo sabía y pensaba que lo tenia
asumido, pero no era así, el dolor que suponía la mortal herida que
travesaba mi cuerpo no era lo que más me afectaba, era el dolor de
dejar a la gente que amaba, especialmente a ese demonio nox que había
robado mi corazón.
“ Busca en tu poder... puedes curarte
sola... sólo usa el poder...”
Esa maldita voz inundó mi cabeza. Era
la voz de Nergal. Así lo había llamado Gaia. Esa era la seducción
del lado oscuro, una incitación a caer en el pecado más que
agradable decía mi parte oscura... pero yo todavía sabía
controlarme, todavía podía dominarme. No iba a caer en la tentación
me dije a mí misma recordando una oración cristiana que me había
enseñado mi estricta abuela...
Antes de perder completamente la
conciencia algo hizo clik en mi cabeza y supe con orgullo que lo
habían conseguido que habían restaurado el equilibrio.
Una luz blanca se hizo con la atención
de todos y supe que la gran Gaia había aparecido.
Intenté luchar contra la inconsciencia
cuando vi sobre mí el rostro de Xander. Estaba completamente
desencajado y me gritaba cosas que no podía escuchar bien, le oía
muy muy lejos...
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