Anonimo... sus deseos son ordenes!!
“El
intercambio”
Chistian
No
podía perderla, ¡maldita sea! No la iba a perderla, pensaba
mientras rebuscaba rápido en las mochilas, los gatos nos habían
avisado, teníamos que haber juntado las dos mitades antes, ahora
podía ser demasiado tarde... Puse uno de los dos trozos en la mano
casi inerte de Idris y uní el mio.
No
paso nada.
El
miedo comenzó a recorrer mi cuerpo destrozando por completo los
sentimientos de ira y desesperación que ese lugar emanaba. La amaba
con todas mis fuerzas no iba a perderla ahora que por fin me lo había
reconocido a mi mismo, no podía soportar la idea de no volverla a
ver, si ella moría yo me quedaría allí para siempre y me daba
igual el maldito fin del mundo, para mi el fin del mundo era su
perdida, mi mundo era ella y había tardado más de un siglo en darme
cuenta.
A
la mierda la grieta y a la mierda los demonios. Se acabo.
Sus
ojos entreabiertos se cerraron y empezó a respirar de manera
agonizante, casi sentí su ultimo aliento y no pude soportar la idea,
me estaba volviendo loco de pena.
Sentí
a alguien detrás de mi e instintivamente me puse de pie para
enfrentarlo.
Era
un demonio, uno muy poderoso... emanaba una energía destructora, una
corriente inmensa de poder y maldad.
- Yo puedo salvarla – me dijo con una voz tan aguda que resonó con más eco de lo normal.
- ¿Qué? ¿Cómo? - pregunté sorprendido. No baje la guardia, era un demonio y era obvio que algo iba a querer a cambio de la vida de Idris.
- La salvaré si tú te unes a nosotros – su propuesta fue de lo más extraña.
- ¿Unirme a vosotros? - pregunté extrañado y confuso.
- Acabáis de unir el orbe, se acaba de escribir en las estrellas que la grieta va a ser cerrada, pero antes de que eso suceda las tres legiones de demonios que hay sobre la tierra tienen que seguir con vida tienen que ser lideradas por alguien poderoso, si tú nos juras lealtad... yo la devolveré la vida y te dotaré con poderes inimaginables – no sabía que decir... estaba confundido... un suave susurro me sacó de mis cavilaciones.
- No lo hagas... - susurró Idris que había abierto los ojos y me miraba con preocupación.
- No puedo perderte, lo siento pero no puedo... yo... yo te – no me dejó terminar la frase.
- Esto es lo de lo que nos han estado precaviendo, la tentación del mal, del lado oscuro, no puedes confiar en él - se interrumpió para toser con fuerza y un borbotón de sangre le salió por la boca, no podía soportar verla morir... no podía.¿ por que no había funcionado el orbe? El demonio pareció leer mi pregunta a través de mis ojos.
- El orbe no es para vosotros, solo puede ser juntado dentro de la grieta pero otra persona es la que utilizara su poder – dijo tranquilamente. Idris balbuceaba ordenes de no escuchar al demonio, de no dejarme caer en la tentación. Me acerqué a ella y confesé todo.
- Te amo, siempre lo he hecho – le solté a bocajarro – sus ojos se agrandaron con sorpresa pero rápidamente se encogieron por el dolor que tenia que estar sufriendo.
- No puedo revivir a los muertos chico, tienes que decidirte antes de que su corazón deje de latir y me temo que no falta demasiado – instó el demonio con una sonrisa en la cara. La victoria estaba escrita en sus ojos. Recordé lo que le dije a Idris no hacia mucho, cuando hablábamos sobre la historia de amor de Aislyn y Keiran... había sido un estúpido al pensar que yo no habría hecho lo mismo que ellos porque estaba claro que iba a hacer algo mucho peor.
- Te amo, pase lo que pase tenlo presente, siento mucho todo lo que te hice en el pasado, solo quería que me prestases atención, solo quería que fueras como las demás que me adorases y deseases como ellas... fui un estúpido. ¿Me perdonas? - dije agachándome junto a ella y enfrentando sus ojos casi cerrados.
- Te perdono, no te preocupes por eso, ahora manda a ese demonio a paseo y siéntate junto a mi mientras me marcho, no quiero irme sola... tengo algo de miedo – confesó intentando sonreírme sin mucho éxito – hay algo que tienes que saber antes de que me vaya – me dijo mientras un ataque de tos sanguinolenta la interrumpía – Nunca me habían besado y me alegra que fueras tú quien lo hiciera, hemos sido unos estúpidos... nos hemos dado cuenta de que lo que sentíamos el uno por el otro no era odio, era amor... era el amor más grande que se puede tener, pero somos unos necios, jamas nos lo reconocimos. Nunca he podido mirar a ningún hombre porque mis ojos y mi corazón ya tenían dueño... no aceptes el trato – me había confesado que sentía lo mismo que yo por ella... era confuso, todo estaba siendo confuso... ¿Qué pretendía que hiciera? No podía dejarla allí tirada.
- Dos preguntas más demonio – le dije sin levantarme del suelo - ¿Qué pasará con ella si yo accedo al trato?
- Regresará a la superficie y se reunirá con los otros – contestó con impaciencia - ¿Qué me pasará a mi? - pregunté dándome un poco igual el desenlace de mi destino.
- Seras un demonio, uno de muy alto rango y comandaras a las legiones que quedan en la tierra para seguir exterminando a los humanos – contestó – tic tac se te acaba el tiempo – miré rápidamente a Idris que ya no tenia los ojos abiertos y que cada vez estaba mucho más pálida e inerte.
- Acepto el trato – dije sin pensármelo mas, ojala Idris me perdonara algún día o por lo menos me entendiera.
- Trato cerrado y dos cosas mas, ser un demonio te va a privar de algunos sentimientos humanos, no habrá piedad, felicidad ni amor... Bienvenido a nuestro bando – fue en ese momento en el que me di cuenta de que había traicionado la promesa que le había hecho a mi hermano.
Madree mia q penita christian ...pobrecito
ResponderEliminarEspero q consigan estar juntos de nuevo ahora q porfin se han dixo lo q sentian
Me a encantado
Gracias por subirlo porfin