Ragnarok 75

“En busca del Orbe”

Idris

Los dos gatos se bajaron hábilmente de la mesa y antes de tocar el suelo con sus patas un humo extraño los envolvió dejándonos a Chistian y a mi, impactados. Se habían convertido en un hombre y una mujer.

• No tenemos mucho tiempo, ya sabéis que no podemos tomar forma humana muy a menudo – explicó corriendo el hombre – Ellos tienen que encontrar las dos mitades del orbe, sin ellas no podrán cerrar la grieta.
• ¿Qué orbe? - preguntamos Aislyn y yo al unisono.
• Hemos estado investigando todos estos años, siento no haber venido a verte antes pequeña – le dijo la mujer con gesto compungido mientras tocaba su tripa con ternura y ¿miedo? Quizás fue solo una imaginación pero me pareció ver miedo y preocupación en su mirada. ¿Ella sabía algo sobre el bebe?
• Sabemos que ambas familias han estado guardando el orbe en secreto, cada familia tenia una mitad, con las dos juntas ambos seriáis inmortales y es imprescindible que lo seáis, si no es así, en cuanto entréis en contacto con las salvaguardas de la grieta os quedareis fritos.
• ¿Qué? ¿por qué? - pregunté indignada, algo que pareció hacerle gracia a Chistian.
• ¿Pensabas que esto iba a ser fácil? - me preguntó el siniestro hombre. No me dejo contestar y prosiguió con su explicación – vuestras familias siempre fueron muy protectoras con este secreto, tanto que solo pasaba de patriarca en patriarca, nadie de la familia estaba al tanto ya que al parecer a lo largo de la historia los que han sabido sobre la existencia del orbe han intentado aprovecharlo para su propio beneficio, por eso se partió en dos hace más de seiscientos años y se le adjudico una parte a cada familia.
• No entiendo nada... - dijo Chistian negando con la cabeza.
• Gregory nunca nos habló de esto – se excusó Keiran.
• Se lo pedimos nosotros – reconoció la mujer – le pedimos que mantuviera el secreto, pero todo se complicó a medida que el mundo se destruía, la falta de patriarcas serios, la falta de herederos y la casi extinción de las familias ha hecho que se perdiera todo. Hoy por hoy no sabemos el paradero del orbe.
• ¿Tenemos que buscarlo? - pregunté asustada, eso implicaba mucho tiempo y era un callejón sin salida, ¿Por donde empezaríamos a buscar? Era una locura, era como encontrar una aguja en un pajar. Imposible.
• No, no es necesario, hemos encontrado un modo, vais a viajar en el tiempo al momento exacto en el que el orbe este en posesión de uno de los patriarcas. Cada uno viajará por separado, va a ser muy rápido y fácil. No tiene por qué haber complicaciones – eso lo dudaba. Viajar en el tiempo, fácil... todo el mundo sabe hacerlo....
• Tenéis que tocar esta piedra y ambos iréis a ese punto muerto en el tiempo donde un patriarca tiene esa mitad, no podéis quitárselo, tiene que dároslo por propia voluntad – Explicó la mujer que no dejaba de tocar a Aislyn. Mama. La había llamado mama...
• Acabemos cuanto antes – dijo Chistian cogiéndome de la mano y dirigiéndonos a la encimera de la cocina donde había depositado una extraña piedra azul y amarilla.

Ambos tocamos la piedra y en un segundo sentí que mi mano se separaba con un fuerte tirón de la de Chistian, mis ojos no podían dejar de ver miles de colores y un fuerte mareo se apodero de mi estomago. Como aquel viaje tardara mucho más iba a vomitar. Cuando di la primera arcada pensé que seria el principio de muchas mas, pero de repente todo se detuvo y me encontré de rodillas sobre un suelo que recordaba bien.

Estaba en el salón de la mansión.