“Pura”
Chistian
Los nox eran mucho más fuertes de lo
que pensaba, no paraba de lanzar golpes con mis puños, pero parecían no sentirlos, conseguí arrebatarle uno de sus puñales y comencé a
asestar golpes con el y esos cortes que le hacia ni parecía notarlos. Me distraje mirando a Idris, no peleaba con su nox, ¿Cómo
podía acaso pensar que fuera capaz de pelear? No la habían
entrenado para nada, no sabía hacer nada, pero no parecía estar
desenvolviéndose mal, solo esquivaba con poca gracilidad y de manera
muy tosca, los embistes del demonio. Mi momento de distracción me
salió caro, el nox cortó limpiamente mi mejilla, el corte no me
dolía mucho, pero comencé a ponerme nervioso cuando sentí la
sangre correr por mi rostro y miré como los ojos del nox se
encendían al oler la sangre.
Por el rabillo del ojo vi como Xander
abatía al cabecilla del grupo asestándole una puñalada mortal en
la cabeza. Inmediatamente pensé en Idris y no pude evitar mi grito
agónico.
- Protégela – dije con todas mis fuerzas mientras seguía
defendiéndome del maldito demonio. La había distraído, se había
desconcentrado. Era el fin. Mientras lo veía todo pasar como si
fuera a cámara lenta mi demonio se puso a tiro y sacando del
pantalón la magnun que me había dado Erik le volé la cabeza.
El demonio reaccionó antes que yo y
lanzó un cuchillo curvo contra el nox que con un corte limpio separó
su cabeza del cuerpo.
- ¡Eres virgen! - gritó nuestro demonio sorprendido. Idris inmediatamente se puso colorada. ¿Virgen? Eso no era posible... ¿o si?
- ¡No grites! - le regañó al demonio mientras este le lanzaba una escalofriante mirada lasciva. La ira me cegó por completo, no la iba a tocar un solo pelo, ella era miá. ¿De donde demonios había venido eso? Me estaba volviendo loco. Pero no podía evitar enfurecerme al pensar en las manos de él u otro encima de ella. ¿Cómo demonios sabía el nox que ella era virgen?
- Dejame intentar una cosa – dijo Xander acercándose a Idris e inmediatamente me puse en medio – tranquilo, no la voy a hacer nada – levantó su mano y le acarició el brazo. No había campo de fuerza. Inmediatamente levantó el puño dispuesto a zumbarla un puñetazo, pero rápidamente el escudo se volvió a encender no dejando pasar el golpe del demonio.
- Solo funciona cuando uno de vosotros va ha hacerme daño – dijo ella muy sorprendida, imaginé que sopesando los pros y los contras de esta nueva faceta suya.
- Solo funcionara mientras seas pura, y si tú quieres yo puedo encargarme de eso – espetó el demonio que casi consiguió sacarme de mis casillas, pero lo peor fue ella. ¡Se sonrojo! ¡Como una colegiala! Pero que daño habían hecho las novelas de vampiros y demonios, las chiquillas en vez de temerlos los deseaban, ¡¿Se podía ser más inconsciente?!
- No la toques – le dije al demonio mientras le obligaba a bajar el brazo con el que estaba cogiendo la mano de Idris – y tu, no seas idiota y no te montes películas, esto es la vida real y aquí no hay finales felices entre demonios y gente como tú – le regañé mientras la fulminaba con la mirada.
- ¿Qué más te da a ti lo que haga o lo que no? - me preguntó enfadada y arrugando el ceño de esa manera tan divertida. Era por eso que siempre me había gustado hacerla enfadar, me gustaba ver su cara, sus gestos eran de lo mas... encantadores.
- Por que me importas y no quiero que te pase nada malo – las palabras se escaparon de mi boca sin que me diera cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario