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lunes, 15 de septiembre de 2014

Ragnarok 24



Capitulo 24




Ambrosía”

Aislyn

  • ¿Qué tal la noche? – me preguntó Keiran nada más entrar por la puerta - ¿muchos chicos guapos babeandote?
  • Pues no, ni falta que me hace – respondí sin decir nada más. No le iba a contar el encontronazo con el cazador, no quería que se pusiera paranoico - ¿Dónde está Alec?
  • Trabajando, hoy le toca turno de noche – y me alegraba por ello, así no querría seguirnos al local de Val.
  • ¿Estas listo? – pregunté mirando sus vaqueros negros y su camiseta roja con el eslogan, “vete al infierno” serigrafiado en negro.
  • Me voy a poner una chaqueta – dijo cuando se dio cuenta de que lo escrutaba atentamente.
  • Negra ¿no?
  • Claro, ¿de que color si no? – no se iba a poder hacer nada con el estilismo del demonio, sus colores preferidos eran el negro y el rojo, tenia que empezar a acostumbrarme.

Ya estábamos listos, yo no fui estúpida esta vez y decidí armarme con todo lo que pude, puse en mi bota una navaja que encontré en la caja de herramientas de Alec, mi spray de pimienta en el bolsillo de mi cazadora y un estilete que me regalo mi padre en una funda pegada a mi antebrazo. No sabía como usar ninguna de esas cosas, jamás había pensado que necesitaría saber como defenderme con armas, pero visto lo visto con mis poderes, no quería depender solo de ellos.

  • ¿Dónde vas? – me preguntó Keiran antes mientras abría la puerta y salía al rellano.
  • ¿Dónde crees?
  • Nos vamos a transportan allí, ven – dijo tendiéndome la mano. Agarre su mano y estuve segura de que me iba a marear o a desmayar durante el trayecto pero para mi sorpresa todo paso tan rápido como un pestañeo, en décimas de segundo estábamos en el polígono que nos había dicho en winlow justo en frente del Ambrosía.

No había nadie fuera ni se escuchaba un solo ruido, pero cuando Keiran abrió la gruesa puerta, el jaleo y la música se filtro hacia fuera dejándome algo más tranquila. En el fondo no entendía por que saber que el local estaba lleno de gente me relajaba, pero lo hacia.
Entré siguiendo al demonio y no me separé demasiado de él. Había todo tipo de criaturas, bailando y divirtiéndose en el local, la mayoría de ellas eran oscuras, por no decir todas, vampiros, hombres lobo, banshees, demonios, winlows, arpías y un largo etc… No pude distinguir a ninguna bruja o brujo, los únicos seres de la luz que había eran un grupo pequeño de elfos, descendientes de los Tuatan de nan.

Rápidamente fuimos interceptados por un vampiro, era la primera vez que veía uno tan de cerca, su magnetismo era más brutal de lo que me imaginaba. La mujer pelirroja nos miraba con una superioridad insultante, pero la fuerza que su aura ejercía sobre nosotros era casi hipnótica.

  • Os están esperando, seguidme – era una borde, no la debía haber gustado que la mandaran como nuestra guía.
  • De acuerdo – dije poniéndome delante del demonio y andando justo tres pasos por detrás de ella.

Recorrimos la otra mitad de la pista donde la gente bailaba y llegamos a una pared cubierta por una tela de al menos cuatro metros por cuatro, como imaginaba, justo detrás de la tela había un estrecho pasillo con un ogro como portero y al final una puerta dorada. Demasiada seguridad para ser un santuario donde todos conviven en armonía. El Ogro gruño con fuerza cuando Keiran paso por su lado, me detuve a ver que pasaba, pero el demonio hizo caso omiso al gruñido y siguió andando detrás de mi.
Llegamos a una sala sombría de estilo romano, me recordaba a las imágenes que veía en mis libros de historia, donde todo estaba lleno de futones, hamacas y cojines y la gente se sentaba alrededor comiendo uvas y demás frutas. En el centro, en una silla con reposa brazos había un hombre apuesto de pelo moreno al que inmediatamente identifique como Val, tenia los ojos azules y el pelo largo recogido en una coleta, no sabía que edad podía tener pero como mínimo tenia cuarenta años.

  • Bienvenidos, he oído hablar de vosotros, ¿por qué no os presentáis? – nos dijo quien presupuse que era Val.
  • Soy Aislyn… - mire a mi demonio para saber si tendría que decir mi verdadero apellido o el otro. Me confirmo lo que me imaginaba. Tenia que ser sincera. – Macbeth – la cara de Val cambio por completo, su expresión era como la de haber visto un fantasma, yo proseguí hablando – y este es mi guía Keiran.
  • Si, nos conocemos – dijo el hombre de la coleta – yo como ya has adivinado, soy Val, dime pequeña, ¿eres la séptima hija de los Macbeth?
  • Si – contesté sorprendida - ¿Me conoce?
  • No, pero conocí a tu madre – era cierto, no me acordaba de la carta que había en el libro de Railyn.
  • Ya estoy al tanto con lo que les habéis intentado hacer a mis winlow. ¿Por qué debería perdonaros la vida?
  • Porque no fue nuestra intención… - no sabía que decir, Keiran permanecía a mi lado, pero no abría la boca y no había ningún indicio de que lo fuera hacer más adelante, así que me tendría que enfrentar a ellos yo sola.
  • Os perdonamos la vida – dijo Val haciendo que Keiran suspirase con indiferencia.
  • Mis padres me insistieron en que acudiera a ti, no se porque, pero tampoco quiero molestar, nosotros podemos desaparecer y no causarles más molestias.
  • No. Vienes a mi a buscar protección ya que te buscan todos para aniquilarte - afirmó - ¿Sabes por que quieren matarte?
  • Porque mi guía es un demonio y eso es una deshonra o algo parecido – respondí insegura.
  • Eso es un motivo por el cual tu bando quiere acabar contigo, pero ¿qué tienen en tu contra los oscuros? – muy buena pregunta. ¿Por qué me querían matar ellos? ¿por qué no había pensado en eso antes?
  • No lo sé – admití agachando la cabeza.
  • Es por culpa de él – dijo señalando a mi demonio – él es un Nephelim – había escuchado antes eso,cuando la sucúbo había estado alimentándose de él, pero no le había dado mucha importancia, me sonaba el termino pero no terminaba de encajarlo dentro de ninguna definición. Mi reflexión debió de verse reflejada en mi rostro porque Val comenzó con su explicación – es mitad ángel mitad demonio y una cuarta parte humano, lo que le hace único en su especie. Murió hace más de mil años y ahora está de nuevo aquí. Una de las criaturas más peligrosas de la historia – sin darme cuenta di un paso lejos de Keiran, algo que no le gustó demasiado y me fulminó con sus penetrantes ojos verdes – Él es el único ser capaz de derrocar a lord Mihail, líder de los oscuros. Él es el único capaz de destruir el bando de la luz y el nuestro si cabe. Es por eso pequeña Aislyn que os quieren matar antes de que él adquiera todo su poder y muy a mi pesar es por eso que yo también estoy de acuerdo en aniquilarle.
  • ¡No! ¡No pueden hacernos esto! – todo había sido una encerrona, ¿Por qué me habría dicho mi madre que acudiera a Val si sabía que me iba a matar igual?
  • Sé lo que piensas, tu madre en ese momento no sabía quien era el demonio que se te había asignado, no sabía sobre la profecía.
  • ¿Qué profecía? – preguntó Keiran
  • Quinientos años después de tu muerte – dijo mirando directamente a Keiran con desprecio - un humano llamado Nostradamus fechó el día del juicio final el 21 de diciembre de 2012, concordando así con lo que en su momento predijeron los Mayas. La profecía augura todo tipo de catástrofes, desencadenadas por la alineación planetaria del sol y todo el sistema solar, un suceso que solo ocurre cada veintiséis mil años. La última vez que esto se produjo concuerda con el gran deshielo y la última glaciación. Esta alineación es conocida como la grieta oscura y se producirá cuando el sol este situado sobre el signo Leo – había oído hablar sobre estas profecías y era una erudita historiadora en mi comunidad, nunca me había parado a mirar demasiado los libros mayas que se referían al fin del mundo ya que siempre me había parecido algo demasiado irrelevante.
  • ¿Qué tiene esto que ver con nosotros? – pregunté haciendo que la atención de Val volviese a centrarse en mi.
  • Pequeña… he vivido más años de los que puedas contar y he estudiado mucho estas profecías, yo mismo conocí en persona a Nostradamus y yo mismo formo parte de la profecía ya que consta de varios desencadenantes. Yo fui uno de los que desencadeno el primer hecho fatídico que nos lleva a marchas forzadas hacia el día del juicio. Sospechamos que vosotros dos sois el ultimo de los desencadenantes, llamado también el tercer eclipse – no entendía absolutamente nada, solo sabía que si todo el mundo creía que nosotros, una bruja más bien inepta y un demonio, íbamos a ser los causantes del fin del mundo, todos iban a querer matarnos, incluidas las quince personas del salón, que nos habían rodeado sin que nos diéramos cuenta.
  • Eso es una estupidez - dijo Keiran percatándose de que nos estaban cercando por todos lados.
  • Cometí un error… y debo subsanarlo antes de que sea demasiado tarde.
  • ¿Cuál fue ese error? – pregunté mientras me pegaba a mi demonio y el resto de seres cerraban el circulo amenazador a nuestro alrededor.
  • Enamorarme de una bruja – mire rápidamente a Keiran buscando una respuesta. ¿Una bruja?
  • Ni lo sé, ni me importa – me dijo rápidamente.
  • ¿Qué tiene eso que ver entonces con nosotros? – pregunté de nuevo mientras la gente se cercaba cada vez más alrededor nuestro.
  • No lo entenderías – dijo mirando al suelo.
  • Creo que en eso te equivocas dijo una voz de hombre desde una esquina del salón – nuestros acechadores se detuvieron asustados y se abrieron como el mar hizo con Moisés para dejar paso al dueño de la voz. Era un vampiro, uno al parecer muy poderoso por el miedo que recorría las miradas de la gente. Era el hombre de mi visión, el hombre que me mataba. Era un dios griego, perfecto, hermoso… su pelo rubio despeinado y su dulce rostro me cautivo por completo, sus ojos negros me miraron y escrutaron mi alma tal y como hacia en mi visión. Solo cuando sonrió deje escapar el aliento que sin darme cuenta había retenido en los pulmones.
  • Mihail, ¿Qué demonios haces aquí? – gritó Val enfurecido.
  • Intentando que no cometas otro error mas. Muchas veces por intentar que un suceso no se produzca lo único que conseguimos es desencadenarlo nosotros mismos – Le había llamado Mihail, ese vampiro era el líder de los oscuros. Vestía un vaqueo desgastado de lo más normal y una camisa blanca prácticamente tapada por una americana negra de sport. Parecía todo menos un líder oscuro, pero como ya había aprendido en este nuevo mundo, las apariencias engañan.
  • ¿Qué esperas que haga? – le preguntó Val más calmado.
  • Que les cuentes en que consiste la profecía, que se pongan bajo mi protección o si quieren bajo la tuya, que ellos mismos intenten impedir que lo que se vislumbró en el pasado, ocurra. Muchas veces han sido las que hemos intentado evitar que ocurrieran cosas que finalmente han sucedido, ¿No lo recuerdas Valériem? – Mihail seguía andando hacia nosotros y nadie se lo impedía. Miraba intermitentemente entre Keiran y yo – además, no estamos seguros que ellos sean a los que se refiere la profecía, ha ocurrido de nuevo. Una bruja ha sido asignada a un demonio otra vez.
  • Eso es imposible – gritó Val - ¿Cuándo? ¿Quien ha sido?
  • Ellos ya están bajo mi protección – respondió sin darle más importancia.
  • Explicame más– ordenó.
  • Solo te diré que el demonio que ha resucitado del infierno es ni más ni menos que Balarth – al escuchar ese nombre sentí por primera vez estremecerse a Keiran.
  • Debes matarlos, Balarth es demasiado poderoso – gritó mi demonio sobresaltándonos a todos.
  • Si eso lo hiciera con ellos, también lo tendría que hacer con vosotros – nos respondió Mihail.
  • La profecía cuenta que una pareja fruto de la luz y la oscuridad será la culpable de que el día después de que los planetas se alineen con el sol, este ultimo no vuelva a alzarse y la tierra se sumerja en una oscuridad completa para siempre. ¿Cómo? No lo sabemos, pero a lo largo de los siglos se han ido destruyendo todas y cada una de las uniones místicas entre la luz y la oscuridad, uniones como la vuestra – por eso todos querían matarnos, lo entendía pero obviamente no compartía la idea.
  • ¿Esa profecía especifica en algún momento el tipo de unión que tendría esa pareja? podrían estar todos equivocados, podría referirse a una pareja sentimental o una pareja de amigos, nada indica que incluso la pareja tenga que ser de distinto sexo. No tienen nada especifico, son solo conjeturas inútiles que no tienen ni pies ni cabeza – Le dije a Mihail que se había detenido a escasos dos metros de mi.
  • En eso tienes mucha razón, es por eso que esto yo aquí, no debemos mataros, tenemos que observar sin interactuar todavía – ese todavía no deja lugar a dudas, en cuanto estuvieran seguros de que nosotros o la otra pareja íbamos a ser los responsables del fin del mundo nos matarían.
  • Me gustaría leer esa profecía, soy historiadora, experta en lenguas muertas y soy buena entendedora, creo que podría ayudar a esclarecer este tema – a Keiran no le gusto mucho mi ofrecimiento, pero yo estaba realmente interesada en hacerlo.
  • sabía que dirías eso, eres digna hija de tu madre – dijo Val. No entendí muy bien el comentario ya que mi madre era todo lo contrario a mi, aunque tenia que tener en cuenta que él la había conocido mucho antes, cuando estaba con Railyn en el mundo exterior.
  • Ven conmigo, yo tengo el libro donde se escribió la profecía, te ofrezco mi protección – dijo Mihail.
  • No lo hagas, no puedes fiarte de ellos y mucho menos de él – me dijo Keiran lo suficientemente alto para que todos lo escuchasen.
  • Os damos tres días, si en esos tres días no averiguáis nada distinto de la profecía que os exculpe de ser la pareja que destruirá el mundo, iremos a por vosotros con todo lo que tenemos, tanto nosotros como el bando de la luz que está siguiendo atentamente esta reunión – eso si que no me lo esperaba. ¿Había algún anciano allí?
  • Cierto Val, mis superiores me confirman la coalición con vosotros por esta vez, trabajaremos juntos – dijo una voz que conocía demasiado bien. Trevor estaba metido en el ajo. Había estado allí desde el primer momento, no había reparado en él hasta que hablo y se quito la capa negra que le había cubierto durante toda nuestra estancia. Maldito hijo de puta. No supe que había dicho ese comentario en alto hasta que me contestó bastante sorprendido.
  • Vaya, que mal hablada – me dijo guiñándome un ojo. Lo odiaba hasta la muerte y mi demonio estaba empezando a sentir lo mismo. Me miró resignado, estaba comenzando a cansarse de mi ira hacia Trevor. Intenté controlarme y aunque me costó un poco más de lo normal lo conseguí.
  • Esta bien, darnos tres días para que estudiemos la profecía – Keiran suspiró profundamente cuando acepté el trato con ellos, en el fondo sabía que no teníamos ninguna elección.
  • Cuando transcurran los tres días tenéis que entregaros – dijo Trevor situándose a la derecha de Val.
  • Ni lo sueñes, tendréis que cogernos – la respuesta sorprendió a todos menos a Keiran y a Mihail – no soy una suicida, intentare demostrar que nosotros no somos esa pareja, pero si no lo consigo huiremos, no pienso morir por unas absurdas palabras escritas hace mil años.
  • No se hable más, se vienen conmigo – dijo Mihail.
  • ¿Tu les vas a perseguir pasados los tres días? – preguntó Trevor al líder oscuro.
  • No lo sé, no me preocupa todavía, pero si a lo que te refieres es si me voy a unir o no a vuestra coalición, la respuesta es sencilla. No. Si decido cazarlos lo haré por mi cuenta y riesgo – esas palabras no eran muy tranquilizadoras.





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