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martes, 9 de septiembre de 2014

Ragnarok 18



Capitulo 18



El libro oscuro”

Aislyn

Abrí los ojos lentamente y cuando conseguí enfocarlos me di cuenta de que no estaba en mi dormitorio y que me dolía todo el cuerpo al estar es una mala posición… exactamente me dolía porque estaba atada. Todo lo ocurrido la noche anterior regreso a mi cabeza con cada detalle, risa o comentario que hice. Ese día no seria capaz de mirar a Alec a los ojos y mucho menos a Keiran.

  • Buenos días dormilona – dijo la voz del demonio justo detrás de mi.
  • ¿Qué hora es? – pregunté, por decir algo y no parecer una idiota.
  • Son la una del mediodía, ¿Crees que voy a poder desatarte sin que te quieras meter en mis calzoncillos? – Lo sabia, había estado tardando demasiado en hacerme el puñetero comentario, pero yo tenia un as en la manga, no iba a dejarle que me avergonzara.
  • Tranquilo, ya vi lo mal que funcionas en la cama así que no querría un segundo asalto ni borracha – eso dolió y Keiran deshizo las cuerdas mágicas que me ataban no sin antes dar un fuerte tirón con el hechizo para que me estrangularan más las muñecas y los tobillos. Un punto para mi.´
  • Eras tú la que deseaba que te tomara, solo que a mi anoche no me apetecía, pero si quieres que ahora ... – antes de que me diera tiempo a levantarme de la cama el puso una mano a cada lado de mi cabeza e inclino la suya dejando sus labios a dos centímetros de los míos. Yo trague saliva, no me esperaba eso y le empujé hacia atrás con mis torpes brazos entumecidos.
  • Idiota – susurré completamente colorada. Odiaba al maldito demonio, empezaba a tener las mismas ganas que él de que el brazalete se cayera.
  • Un punto para mi – me dijo casi leyéndome la mente
  • ¡No te vayas! – y él se detuvo justo antes de cruzar la puerta. Era un lujo que los guías no pudieran desobedecer las ordenes de los novatos. Si ayer me hubiese acordado tendría que haberse acostado conmigo… menos mal que no caí en la cuenta – contesta con la verdad, ¿Cómo puedes entrar en mi cabeza?
  • Es simple, cuando la venganza y el odio nublan tu juicio yo puedo entrar, escuchar y contestarte mentalmente a tus pensamientos. ¿puedo irme ya? Me incomoda verte en ropa interior sobre mi cama – rápidamente me tape con la manta, pero le retuve un poco mas.
  • Ahora no estaba “nublada”…. – no me dejo terminar. Odiaba cuando me interrumpía.
  • Ahora no he entrado en tu cabeza, pero eres demasiado transparente. No serias buena jugadora de póquer – en eso tenia razón. Le indique con la mano que se marchara aunque sabía que había algo que se me olvidaba preguntarle, era algo importante, pero no lograba acordarme.

Me fui corriendo a mi dormitorio y me di una ducha bien larga, después me cambie de ropa y baje al salón donde estaban los dos hombres charlando más amigables que nunca. Los deportes, es lo único que hace que los portadores del gen Y olviden sus diferencias y tengan una conversación afable y tranquila, siempre y cuando su equipo fuera el mismo, como parecía ser el caso entre Alec y Keiran. Pasé por medio del salón sin que casi repararan en mi y fui a asaltar la nevera.

  • Tenemos que volver a por el winlow, esta noche han asesinado a dos mujeres mas, con el mismo modus operandi – me dijo Alec que se había situado justo detrás de mi. Cerré la nevera y me lleve a la boca un trozo de pastel de queso que había cogido. Tomándome mi tiempo para engullirlo y pensar.
  • ¿Qué propones? – le pregunté
  • No se, vosotros sois los expertos en esto, yo no sé ni por donde empezar a buscar – la sinceridad y abatimiento de su voz me hizo darme cuenta de cuan desesperado estaba por cazar al oscuro. Era un buen policía y una buena persona.
  • Yo propongo que contactes con tu amigo el cazador y le avises sobre el winlow para que se encarguen ellos y así nosotros podremos hacer las maletas y marcharnos a algún sitio donde nos podamos esconder hasta que me liberé – Keiran siempre directo al grano. Había entrado en la cocina leyendo lo que parecía ser el periódico del día.
  • No, ni en tus sueños, no pienso hablar con ese hijo de puta – las palabras salieron de mi boca casi sin darme cuenta. Alec se quedo pasmado y Keiran se limitó a levantar la vista del periódico y lanzarme una sonrisita ladeada que no auguraba nada bueno.
  • Tengo una curiosidad horrible, ¿Quién era ese tipo? Y ¿Qué te hizo para que lo odies tanto? Aunque permíteme que te diga mi hipótesis… era tu novio y te engaño con…
  • No sigas demonio apestoso, no tienes ni idea, así que no toques más el tema – le contesté arrugando el ceño y lanzándole la mirada más asesina que tenia. No pareció ser demasiado intimidante puesto que se puso a reir como un condenado.
  • Ni lo intentes, bichos más fieros han caído – consiguió decir entre risas macabras. No se parecían en nada a las risas que escuche cuando estábamos frente a Trevor, esas carcajadas habían venido de dentro de su alma. Ahora solo eran sonido, no había sentimiento verdadero en ellas. Estaban vacías.
  • Volviendo al tema del monstruo, ¿Qué propones tu? – dijo Alec mirándome fijamente, ya que él no sabía de que estábamos hablando, volvió de nuevo a su propósito.
  • Hagamos un hechizo y conduzcamoslo directamente a nuestra trampa – dije sin pensar mucho.
  • ¿Cómo sugieres que hagamos eso? – preguntó muy interesado el demonio.
  • Le invoco a mi circulo de poder y tú acabas con él ¿podrías hacerlo si consigo traerle? – dije con una mirada inquisitiva dirigida a mi guía.
  • No tendría ningún problema, para mi es pan comido, pero no estoy seguro de que puedas realizar semejante ritual – dijo retándome con los ojos y sentándose sobre la encimera de la cocina – dime que necesitas para hacer el conjuro y voy a buscarlo al mercado.
  • ¿Al mercado? – pregunté atónita.
  • Si, el sitio donde sí tú das dinero ellos te dan cosas – hice caso omiso del comentario y le insté a seguir con la explicación – ¡dios! Eres demasiado nueva en esto. Hay un mercado donde todos los seres oscuros, como nos llamas, nos reunimos para encontrar y comprar ingredientes para las pociones, hechizos y demás cosas. Tengo entendido que vosotros también tenéis algo parecido, aunque mucho más censurado – eso ya me lo imaginaba, nosotros teníamos prohibidas muchas cosas – hazme una lista y voy a comprarlo.
  • No, yo voy contigo – dije mientras salía de la cocina para buscar el libro de hechizos.
  • De eso nada, allí no pude entrar nadie como tu, además, nos están buscando ambos bandos, ¿recuerdas? ¿Cuántos demonios crees que hay ligados a una bruja? Nos daríamos a conocer enseguida – Keiran no se dio cuenta que el detective estaba delante, y nos miraba con cara de espanto.
  • No preguntes, será mejor así Alec – le dije mientras le palmeaba la espalda.

Yo sobre un lecho de hojas secas, y un increíble hombre sobre mi ¿haciéndome el amor?. No, parecía ser otra cosa, había preocupación en su rostro. Niebla. Muerte. Sangre sobre mi cuello, dos punzadas en mi garganta y unos ojos negros mirándome fijamente. Su boca, colmillos afilados y sexys. Excitación. Mi muerte, feliz en brazos de ese hombre

Mis visiones eran cada vez más vividas y reales. Estaba casi sudando y excitada. Alec me miraba sin comprender nada, pero Keiran me observaba con cautela.

  • ¿Qué has visto? – me preguntó cuando enfrente sus ojos.
  • Nada interesante, solo a un amigo mio en su ceremonia de graduación – fue lo primero que se me vino a la cabeza, y tampoco estaba mintiendo pues ese día era la ceremonia de Ryan. Alec salió de la cocina y se fue balbuceando cosas que no llegue a entender. Me dispuse hacer lo mismo pero Keiran me agarro del brazo mientras se bajaba de la encimera y me susurró al oído.
  • Te recuerdo que huelo la libido de las personas y tú apestabas a sexo mientras tenias la visión, si no quieres contármelo, no lo hagas, pero no me mientas, no soy ningún tonto.

No hice ningún comentario. Salí disparada de la cocina y fui escaleras arriba a mi dormitorio para buscar el hechizo convocador. No dejaba de pensar en la visión, era la primera vez que veía algo de mi vida y eso no me gustaba, ya que como anunciaba la premonición, ambas cosas significaban que mi final estaba próximo, esa era la única explicación posible al hecho de que fuera capaz de leer mi futuro. ¿Quién seria ese hombre que me mataría de semejante manera?
Una vez en mi dormitorio busque entre los libros que había sacado de casa. Encontré uno que no había visto nunca. Magia para principiantes. ¿Qué demonios hacia algo así en mi poder?
Cuando lo abrí me di cuenta de que era solo una cubierta, que dentro había un libro más pequeño y mucho más antiguo. Entre las paginas del mismo había un sobre con mi nombre. Era la letra de mi madre.

Ojala jamás tengas que usar este libro mi pequeña, pero en el fondo de mi corazón se que algún día estarás leyendo esto. Hace seis días que has nacido, con el estupendo don de la Clarividencia, don que nos ha mostrado parte de tu futuro, te hemos visto condenada a la oscuridad, no sé como ha sucedido, pero solo se que no lo vamos a poder evitar.
Ahora tengo que contarte algo que seguramente jamás me hubiera atrevido a contarte en persona. Estuve un tiempo fuera del Coven después de graduarme, algo que imagino que no sabrás, fui una bruja algo… irresponsable antes de reencontrarme de nuevo con tu padre (con quien espero siga felizmente casada)

Conocí a una bruja oscura, no hay muchas, casi todas son perseguidas y aniquiladas por los nuestros, pero esa mujer era distinta, no hacia mal a nadie, solo quería descubrir cosas y experimentar con lo que siempre nos han prohibido. La mayoría de nosotros solo sabemos magia defensiva y así no se puede sobrevivir, incluso los cazadores tienen vetados muchos hechizos, aunque nadie siquiera los conoce. Nosotros los brujos podríamos ser mucho más poderosos de lo que somos, pero es un riesgo pues cuanto mayor es el poder, mayor peligro y posibilidades correríamos de ser aniquilados por los demonios. Antes de ser asesinada, Railyn, que así se llamaba la bruja, me dejo este libro con todos los hechizos ofensivos que logro recopilar durante su corta vida. Yo jamás me he atrevido a probar ninguno, pero se que funcionan, ella llego a lastimar seriamente a Val cuando intento reclutarnos a ambas. Fue una buena amiga y se que nunca fue alguien de mal corazón. Espero que en tu largo viaje, este libro te ayude a mantenerte con vida.

Te amo, mi pequeña Aislyn”


No sabía si llorar, gritar de emoción o volverme loca. Las preguntas se agolpaban en mi cabeza de manera sobrecogedora, la euforia, la tristeza, la sorpresa y miles de emociones más que no era capaz de describir en ese momento me inundaron por completo. ¿Quién demonios era Val? ¿Estaría todavía vivo? ¿Qué hacia mi madre juntándose con esa mujer? ¿Cómo era posible que mi madre supiera esto durante tanto tiempo y no me previniera o me lo contara? ¿Mi padre también estaba metido en el ajo?
Me obligue mentalmente a dejar de hacerme preguntas y buscar mi libro de conjuros. Cuando lo encontré guarde fuertemente el libro oscuro de Railyn bajo el mismo hechizo de ocultación que utilizaba con mi diario y el libro se desvaneció. Solo alguien con el código correcto podría hacer que volviera aparecer. Tenia que mantenerlo en secreto para todo el mundo y sobre todo para Keiran, ya que con ese libro y entrenándome lo suficiente con lo hechizos que contenía quizás podía ser capaz de luchar contra él y derrotarle cuando llegase el momento.




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