Aviso importante

Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
Para cualquier duda o aclaración, se puede contactar conmigo al correo: alba.galvez1985@gmail.com

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ragnarok 14



Capitulo 14


El cazador, cazado”

Aislyn


Era sábado por la noche y las calles estaban repletas de gente con ganas de divertirse, yo estaba asqueada, me habían hecho teñir mi pelo de negro para despistar a los policías y a quienes me estaban buscando. Algo absurdo ya que lo que esa noche quería era que uno de ellos, el winlow, me encontrara.

  • Quizás deberíamos separarnos – les dije a los chicos cuando llegamos a la zona de bares, había un local por cada metro cuadrado, iba a ser imposible visitarlos todos en una sola noche.
  • No, yo no me separo de ti, no quiero que te maten – dijo Keiran resoplando y fulminándome con la mirada.
  • Esta bien, yo soy el cebo para el winlow, al menos mantener las distancias, tiene que parecer que voy sola.
  • En eso tiene razón, nos vamos a mantener en una posición alejada, pero en la que en caso de problemas, te podamos proteger correctamente – dijo Alec. Muy a duras penas Keiran logro refunfuñar algo que sonó como un “esta bien”

Entré en el pub que parecía estar más vació y me acerque a la barra sorteando a algunas personas que bailaban como si esa fuera su última noche. Dios tenia ganas de un trago, así que no me lo pensé dos veces y le pedí al barman una margarita bien cargada, la noche pintaba ser muy larga.
Después de visitar varios pub´s y deshacerme de diez o doce borrachos e impedir la actuación sangrienta de Keiran en seis o siete ocasiones, llego mi momento de suerte.
El hombre que se había sentado junto a mi en la barra olía de forma extraña, era un oscuro, no me cabía la menor duda, la pregunta en ese momento era; ¿era el mismo ser que andaba buscando?

  • ¿Quieres una copa? – me preguntó muy amablemente, era un tipo atractivo, tenia el pelo largo y unos ojos verdes muy parecidos a los míos. No era mi hombre. La noche ya se estaba terminando, y el winlow no se había dejado caer por esa zona, así que pensé, ¿Por qué no librarnos de un oscuro si este intenta hacerme daño?
  • Si, me gustaría una cerveza – iba a seguirle el rollo, quería ver a donde íbamos a parar, tenia ganas de patear traseros y seguramente empezar con este tipo seria bueno para mi entrenamiento.
  • Oye, aquí hace mucho calor, ¿quieres que vayamos fuera un rato? – no se andaba por las ramas y además era un tacaño, ni siquiera pidió mi cerveza.
  • Claro, estoy empezando a agobiarme – sabía que los chicos no perdían ni uno de mis movimientos y aunque por el rabillo del ojo había visto a Keiran hacerme un gesto decidí pasar de él y atravesar la discoteca para salir a la calle, mejor dicho, a un callejón.
  • ¿Qué es esto? – pregunté cuando me vi metida en un callejón sin salida donde solo había una puerta y tres cubos de basura. De acuerdo, en ese momento comencé a asustarme.
  • Esto es un callejón, y pronto será el lugar done vas a morir – Keiran me había acostumbrado tanto a ese tipo de amenazas que ni siquiera me estremecí, algo que pareció incomodar a mi “asesino”
  • ¿Qué clase de oscuro eres que no hueles una bruja? – pregunté increíblemente interesada.
  • ¿Bruja? ¿de que coño…? ¡O joder! – ahora era él quien parecía estar nervioso.
  • No se que decirte, esta situación es patética – le espeté mientras andaba hacia atrás y me pegaba contra la pared para estar más cubierta en caso de ataque.
  • Eso que viene si que lo huelo – dijo ensimismado mientras olfateaba el aire. La puerta de metal que estaba justo detrás de él se abrió con estrépito y aparecieron Alec y Keiran.
  • ¿En que mierdas estabas pensando? – me regaño mi guía asesinándome con la mirada.
  • Ya veo, a mi guía si puedes olerlo – le dije al oscuro que ahora se había colocado de espaldas contra otra de las tres paredes del callejón.
  • No puedo oler a los de mi raza y tú tienes el olor oscuro cubriendo el tuyo, pero ahora estoy oliendo a uno de los tuyos y a su guía un ángel acercándose aquí a toda velocidad . ¡dejadme salir de aquí! – nos gritó
  • ¿Qué esta pasando Keiran? – le pregunté nerviosa a mi demonio.
  • Viene alguien de tu clan, tenemos que salir de… - antes de que terminara de decir la frase una luz blanca inundó el callejón.
  • Alec, metete en la discoteca, no podemos dejar que te vean conmigo, esperanos en el coche – le grité al detective que para mi asombro asintió con la cabeza y entro dentro cerrando la puerta tras él.

No se como se las ingenio Keiran, pero con los ojos cerrados para que no le cegase la luz consiguió alcanzarme y ponerse delante de mi. Empecé a sentir la presencia de ángel, pero no era capaz de captar la de su pupilo hasta que habló.

  • Hoy vamos a tener dos por el precio de uno – dijo una voz joven y no del todo desconocida.
  • Y es ni más ni menos que un demonio superior… es una de nuestras abominaciones… déjamelo a mi, hazme ese favor, quiero acabar yo con el Nephelim – la voz de la mujer ángel era tan dulce que fue difícil asimilar las palabras tan sangrientas que salieron de su boca.

La luz cesó, pero yo seguía sin poder ver nada ya que Keiran estaba aplastándome entre su espalda y la pared. Comenzaba a asfixiarme, estaba haciendo demasiada fuerza y yo tenia los brazos inmovilizados por la posición de su cuerpo, sin pensarlo dos veces lacé energía contra él y conseguí apartarlo de mi. En el momento en el que vi a el cazador y su guía me arrepentí de no haber dejado que Keiran me aplastase contra la pared.
Trevor. Mi ex y su bellísima ángel estaban frente a mi armados hasta los dientes. Keiran comenzó a gruñir después de fulminarme con su mirada por decimoctava vez en la noche.

  • ¿Trevor? – fue una pregunta estúpida, pero conseguí dejarle noqueado por unos segundos.
  • ¿Quién eres…? – Sus ojos se posaron en los míos unos pocos segundo y los vi agrandarse con sorpresa – ¿Aislyn?
  • La misma. Imbécil – no sé por qué le insulté, pero me quede muy a gusto. La ira volvió a crecer dentro de mi como si no se hubiera marchado de mi cuerpo nunca, dios, como le odiaba.
  • Esto si que es una sorpresa… estas… cambiada – contestó mientras me observaba de arriba abajo – cuando me contaron lo que te había pasado no me lo creía y mucho menos que hubieses conseguido escapar de los ancianos, pero aquí estas, viva todavía y con un… - la voz de Trevor se estrangulo cuando miraba y señalaba a Keiran para hacer notar su punto. El ángel y mi ex lo miraban con expresión horrorizada y fue en ese momento cuando reparé en lo que estaba pasando. Mi demonio estaba rodeado por un halo de fuego, sus ojos eran de un verde que jamás hubiera pensado que existía, su posición era increíblemente aterradora, estaba casi agazapado y con todos los músculos en tensión. Lo más extraño de todo es que no sentí miedo al verlo así, estaba espectacularmente caliente y no solo por el fuego que le rodeaba, era como un dios oscuro y letal a punto de entrar en combate.
  • Para, si no quieres que me enfrente a ellos detente – dijo su voz en mi mente. ¿Cuándo había aprendido a hacer eso? – no seas imbécil… ya te dije que soy un demonio de la venganza, si sigues odiándolo así voy a comérmelo vivo y la verdad es que me encantaría ¿Qué me dices? ¿atacamos? ¿tu entretienes al ángel mientras yo aniquilo al cazador? – la excitación de su voz me sacó del trance e intente controlar mi ira. A medida que la iba guardando de nuevo en mi interior, Keiran dejaba de brillar y comenzaba a incorporarse y andar hacia mi.
  • Destruye a ese bicho mediocre – dijo Trevor, y antes de que nos diéramos cuenta el ángel estaba sobre los hombros del oscuro de la discoteca clavándole una espada de cristal y haciendo que se desintegrara.
  • Vamos a terminar con ellos también – dijo el ángel que ahora se situaba justo detrás de Keiran.
  • No, esto puede ser divertido. Rubel, ves y dile al capitán que hemos neutralizado al oscuro, pero no le digas nada sobre Aislyn, esto quedará entre nosotros.
  • Pero… - el ángel intento protestar pero Trevor la hizo callar con un gesto de la mano, tan prepotente y altivo como lo recordaba. Rubel desapareció de inmediato y nos dejo a los tres solos.
  • Estas diferente… mas… sexy – dijo mientras se acercaba a mi. Keiran no perdió oportunidad y se interpuso entre nosotros – ordénale a tu perro que se aparte – dijo con una sonrisa maliciosa.
  • Keiran por favor, ponte detrás de mi, pero si intenta hacerme algo no dudes en atacar, pero no lo mates, él es mi presa – La sonrisa de Trevor paso de su cara a la de mi demonio, que por primera vez y sin rechistar, hizo lo que le pedí.
  • Te dejo vivir solo por diversión, quiero ver como te las arreglas con este marrón. ¿sabes que pasa cuando a un brujo se le asigna un oscuro como guía? – me preguntó sin dejarme responder – lo matamos y así destruimos al oscuro. Algunas personas han conseguido huir, pero por poco tiempo, ya que cuando ellos – dijo señalando con la cabeza a Keiran - se liberan, matan a los brujos cruelmente.
  • ¿Qué se supone que quieres decirme con eso? ¿crees que me importa? Carpe diem, Trevor.
  • No tienes ni idea del monstruo que tienes a tu lado, ¡Por dios! Si hasta han puesto precio a tu cabeza, es importante que muera antes de que sea demasiado fuerte y los demás no van a ser tan… amables como yo – engreído, gilipollas, abusón, imbécil, cabrón – todos esos insultos inundaban mi cabeza.
  • Para – dijo Keiran poniendo su mano sobre mi hombro. Había olvidado por completo lo que esta ira y rencor despertaban en él.
  • Lo siento – le dije girándome para mirarle a los ojos y comprobar que todo iba bien.
  • ¿Te acuestas con él? – pregunto de improviso Trevor que nos observaba con asco.
  • ¿Pero que dices? Yo no…. Yo.. tú eres imbécil – me dejo sin palabras y fue lo único que pude balbucear.
  • Aislyn… - Trevor puso su mano bajo mi mentón y se acerco mucho con sus labios a los míos. Me quede totalmente paralizada y Keiran apretó mi hombro lo suficientemente fuerte para que saliera del trance. Cuando logre apartarme, la sonrisa de Trevor no auguraba nada bueno, era como cuando en el Coven, alguno de sus amigos le proponían un reto, tenia esa mirada… - volverás a estar en mi cama antes de que te maten – sus palabras me dieron escalofríos, pero por primera vez en mucho tiempo tuve el valor necesario para reírme a carcajadas frente a su cara, la cual se descompuso con una mezcla de rabia y desconcierto.
  • Eso si que ni lo sueñes, antes prefiero morir a manos de Keiran y de las miles de maneras que me ha descrito – después de ese comentario algo realmente extraordinario sucedió. Escuche al demonio reírse, pero con una verdadera carcajada, salida de lo más profundo de su ser, sonaba tan bien que hasta yo me sorprendí riendo con él.
  • Eso ya lo veremos, sabes que siempre hemos tenido algo, el nexo que nos unió una vez sigue presente – sus palabras calaron en mi y mi carcajeo se disipó casi por completo, no podía decir lo mismo del demonio que parecía haber sufrido un ataque mortal de risa.
  • Adiós Trevor, hasta nunca. Keiran, transpórtame contigo fuera de aquí, por favor – en menos de un segundo habíamos dejado el callejón y estábamos junto al coche del detective. Keiran había vuelto a la normalidad y yo volví a construirme la más cara que Trevor había destrozado.

Alec condujo de camino a la casa mientras le contaba lo que había pasado en el callejón, me guarde algunos detalles sobre quien era el cazador y por que nos había dejado vivir, pero en general le dije lo necesario para que no se enfadara y pensara que le ocultábamos algo. Keiran se pasó todo el camino sin hablar, y yo cuando terminé mi relato hice exactamente lo mismo. Tenia unas ganas locas de irme a la cama, había sido un día realmente largo y necesitaba descansar. No sé como pasó, pero me quedé dormida en el coche. Escuche a Keiran abrir la puerta y cogerme en volandas como si no pesara nada. Parecía un deja vu, pero esta vez no eran los brazos de Alec los que me sostenían con dificultad después del encontronazo del winlow, esta vez era mi demonio quien me llevaba a la cama e inexplicablemente me sentí segura, aunque no debía y mi subconsciente me regañaba por inundarme de paz y seguridad en sus brazos, decidí apagar mi conciencia y disfrutar de un poco de serenidad, ya me regañaría al día siguiente.
Al poco tiempo de que Keiran me dejara sobre la cama, decidí abrir los ojos y levantarme para ponerme mi pijama y meterme dentro de las sabanas y mantas de mi cama matrimonial. Al ser la chica de grupo me había quedado con la mejor habitación de la casa, la más grande y la única con un baño propio, estaba como una princesa. La cama con un dosel blanco muy ligero y suave coronaba el dormitorio. El suelo era de madera y estaba caliente al tacto gracias a la chimenea y los conductos que había en el primer piso. Era un sitio realmente acogedor, pero cuando ya estaba metida en la cama me di cuenta de que no era para nada un sitio seguro. ¿Cómo podía haber sido tan desconsiderada y tan imbécil? No había puesto ningún conjuro protector alrededor de la vivienda. Me senté sobre la cama y comencé el proceso.

Me imagine la casa como si la estuviera viendo desde fuera y desde arriba. Imaginé un escudo protector recubriendo la vivienda y sus alrededores, para todo tipo de seres oscuros excepto Keiran y aunque me doliera profundamente, también procuré un conjuro mucho más potente para seres de luz excepto para mi. Si algo mágico intentaba traspasar el escudo lo sentiría en el momento. Después de gastar todas las energías que me quedaban en crear las salvaguardas, me quedé profundamente dormida.

















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te vas sin dejarme un comentario....

Te vigilo....


Mapa de visitas