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jueves, 31 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 29



Blake llegó al club como una bocanada de aire fresco, los ánimos estaban completamente derrumbados y yo no fui capaz de contarle la historia de Violet, por lo que se encargó Nathan de ponerle al día.
Yo seguía tumbada en la cama sin querer levantar la vista.
  • Pues yo tengo una gran idea y se de una bruja que nos puede ayudar – dijo Blake para asombro de todos.
  • ¿Qué idea? – pregunté alzando por fin la cabeza y mirándole atentamente con mis ojos morados. Sabía que tenía marcada la forma de la almohada en la cara, pero me importaba un comino. Alaric y yo éramos todo orejas en ese momento.
  • Voy a realizar algunas llamadas y cuando vuelva nos ponemos manos a la obra.
Decidí levantarme un rato y darme un muy merecido baño en ese estupendo jacuzzi que había en el loft. Alaric no hacia más que mirar el book de fotos, Chris estaba afilando unos cuchillos y Nathan leyendo un libro. Cuando pasé entre ellos, sentí como si algo se me cayera encima y un terrible mareo me hizo tambalearme. No me dio tiempo a caerme, Nathan estaba sujetándome y Chris también se había levantado para ayudar. Alaric seguía en su mundo.
  • ¿Qué ha pasado? – preguntó Nathan preocupado.
  • Me he mareado… tengo muy mal cuerpo – reconocí intentando centrar la vista. Ya no me sentía mareada, pero seguía sintiendo el mal estar que lo acompañaba.
  • ¿Te encuentras bien? – preguntó de nuevo.
  • Creo que me falta hierro – dije pensando en las pastillas que se habían quedado en mi cocina – o eso o estoy embarazada – dije divertida. La única a la que le hizo gracia el comentario fue a mí. La cara que pusieron los dos fue un poema y no pude evitar descojonarme de risa.
  • No entiendo de que te ríes… - gruñó Chris - ¿hay o no posibilidades de que estés embarazada y de quien? – preguntó con hielo en la voz. Nathan todavía no había salido del trance.
  • Es broma – dije entre carcajadas – vaya dos… - y sin más me aparté del vampiro y fui hacia el baño secándome las lagrimas. Era muy divertido vacilar a esos dos - ¿Habéis visto mi anillo? – pregunté antes de entrar al baño justo cuando reparé en mi mano.
  • ¿Qué anillo? – preguntó Chris.
  • Uno con un diamante y de oro blanco… - dije sintiendo de nuevo un mareo – ¿Yo tengo un anillo así? – pregunté extrañada. Yo no llevaba anillos, nunca los había llevado, ¿por qué me había dado la impresión extraña de que me faltaba algo así?
  • No he visto que lleves anillos – me dijo el demonio estrechando los ojos y escrutándome con la mirada.
  • Es que no suelo llevar anillos… - dije extrañada.
  • ¿Es este el anillo? – preguntó Nathan sacando uno exactamente igual al que yo había visto, recordado o imaginado.
  • Es como ese, es igualito, ¿De dónde lo has sacado? – pregunté cogiéndolo y mirándolo de cerca. Tenía que costar una pasta.
  • No lo sé… yo… bueno lo encontré… - balbuceó nervioso y esa vez fue mi turno de estrechar los ojos y escrutarle con la mirada.
  • Esto era mío, ¿verdad? – Pregunté devolviéndoselo – ¿me lo regalaste tú? – volví a preguntar nerviosa.
  • Intenta recordarlo – dijo mirándome fijamente a los ojos. Noté el empuje vampírico en mi mente y volví a sentir un mareo profundo, esa vez sí que me desplomé. Sentí como me sujetaban unos brazos fuertes, presumiblemente los de Nathan que era quien estaba más cerca.

Un recuerdo vino a mi cabeza… fugaz y doloroso, recordé un callejón oscuro y un hombre agarrándome del cuello, podía recordar el olor de aquel sitio, la angustia y el miedo que corrían por mi sangre. Luego todo se volvió negro.

  • ¡He recordado! – grité nada más abrir los ojos. Estaba tumbada en la cama y Nathan y Chris estaban uno a cada lado mirándome expectantes – ha sido solo un momento, y un mal recuerdo, pero creo que pronto voy a poder recordarlo todo – reconocí.
  • ¿Qué es lo que has recordado? – preguntó Chris con una expresión indescifrable en el rostro. La sonrisa ladeaba del demonio había cambiado y ahora era Nathan quien me sonreía. El vampiro miraba con altanería al demonio y no al revés como llevaba sucediendo esos días.
  • Un hombre, bueno, asumo que era un demonio, me tenía contra la pared en un callejón maloliente, no he podido ver nada mas, solo he recordado el olor y el miedo que me recorría- expliqué estremeciéndome al recordarlo.
  • Eso es bueno, yo creo que si todo sale bien hoy, mañana podrás recordar por fin– dijo Alaric desde atrás.

Antes de que me diera tiempo preguntar sobre algo más llego Blake dando órdenes a diestro y siniestro. Yo me hice la loca y me metí corriendo en el baño para poderme dar mi relajante y estupendo baño.






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