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domingo, 27 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 22


El bar tenía en la parte de abajo una especie de loft, había dos camas grandes y una pequeña, por alguna razón me imaginé que seria una especie de bunker para la familia Mills, una cama para Alaric, otra para Nathan y la pequeña para Violet.
No me había dado cuenta hasta ese momento que no sabía nada de la madre de Violet, no sabía si existía o también estaba muerta.
Yo insistí en dormir en la cama pequeña aunque ambos protestaron. Había también un sofá frente a un televisor, un cuarto de baño con jacuzzi y una pared con cuatro pequeñas pantallas donde se veían las imágenes de las cámaras de seguridad.
No había cocina, pero tenían muchos armarios llenos de comida preparada y un estupendo horno microondas.
Estaba completamente agotada y mientras ellos hacían lo que fuera que estuvieran haciendo yo me metí en la cama y sin darme cuenta me quedé completamente dormida.
Estaba soñando con pájaros... me atacaban... de alguna manera se sentían tan reales que desperté horrorizada.
Estaba muy oscuro y mis ojos tardaron un poco en acostumbrarse, luego miré mi reloj y vi que eran las cuatro de la madrugada. Lo único que iluminaba el loft eran las pantallas de las cámaras de seguridad, estaban en blanco y negro y podía ver las imágenes de dentro del club y de la parte de fuera.
Mis ojos captaron una cara conocida en unos sofás que imaginé eran de la zona vip.
Nathan estaba allí sentado con dos mujeres. Algo se agitó dentro de mí, pero no le di demasiada importancia.
El club estaba hasta arriba de gente, pero reconocí otra cara familiar entre ellos, reconocí al detenido de Gordon, a quien había interrogado en la comisaria.
Dos gorilas le llevaban hacia Nathan agarrado.
No sabía donde se ponía el sonido y no quería despertar a Chris por lo que salí de la cama y me acerqué mucho a la pantalla para poder leer bien los labios.

El gorila le había preguntado a Nathan que hacían con él, le había dicho que había hablado a la policía sobre el asesinato de la chica del callejón. Había sido un vampiro descontrolado, pero Nathan al parecer se encargaba de encubrir esos accidentes si sucedían cerca del club.
Nathan le dijo al gorila algo que me dejo completamente conmocionada, no me esperaba algo así de él, pero actuaba de forma diferente con la gente que conmigo, aun así no podía olvidar que era un vampiro.
Deshazte de él, fueron las palabras del vampiro y sus ordenes al parecer eran cumplidas a raja tabla.
El humano fue conducido a un callejón donde los dos gorilas se lanzaron sobre su yugular y...Aparté la vista de la pantalla.

  • No es tan diferente a a mi – dijo una voz a mi espalda. No le había escuchado levantarse y mucho menos acercarse tanto así que me sobresalté.
  • ¡Joder! No vuelvas a asustarme así – le regañé girándome para enfrentarle. Estaba sin camiseta como era habitual en él cuando dormía y no pude evitar mirar su bien definido torso antes de enfrentar sus ojos azules.
  • Antes querías hablar conmigo algo – dijo mientras me agarraba la barbilla y elevaba mi rostro para acercarlo demasiado al suyo.
  • Si, es verdad – dije acordándome de la interrupción de Blake y su extraño beso.
  • Me encontré con Gordon, me dijo que te habías mudado y eso ya lo veo – le dije señalando el lugar – pero como es que has dejado la policía – pregunté.
  • Tenía que infiltrarme en la policía, necesitaba cierta información – explicó apartándose de mi y tumbándose en su cama.
  • ¿Por qué te infiltraste? - pregunté negándome a dejar de sacarle información. Fui tumbarme a su lado.
  • Para tener acceso a información privilegiada, nombres, direcciones, sangre y demás cosas interesantes.
  • ¿Qué buscabas en ese entonces? - pregunté.
  • A ti – contestó con sinceridad dándose la vuelta y quedándose tumbado de lado yo hice lo mismo y le enfrenté.
  • ¿Por qué? - pregunté - ¿Querías entregarme a Olivia?
  • No exactamente... lo quise en un principio... pero hace tiempo – se dijo más a si mismo que a mi.
  • ¿Qué ganas tú con todo esto?¿Qué ganas tú protegiéndome? ¿por qué lo haces? - iba a seguir con la diatriba de preguntas y él me detuvo.
  • ¿De verdad que todavía no te has dado cuenta? - preguntó realizando un rápido movimiento que me pilló por sorpresa. Se situó encima de mi y abrió hueco con su rodilla entre mis piernas para poder introducirse él. No lo hizo con fuerza, no sentí miedo, no fue desagradable.
  • Yo.. no sé... - aquello me había dejado congelada.
  • porque estoy enamorado de ti y estoy harto de esperar – dicho eso me beso y yo le devolví el beso.

Sentí como su sexo se endurecía contra el mio y mi excitación casi tomó el control de mi cuerpo. Jamas me habían besado así, jamas me había sentido tan deseada... el beso cada vez era más candente y antes de que me diera cuenta, estaba sobre él besando su pecho y haciéndole perder el control.

Una sirena roja se encendió en el loft y comenzó a sonar. Algo pasaba. Ambos salimos de la cama a velocidad demoníaca y nos tensamos mirando hacia todos los lados.

No había ningún intruso, fue en ese momento en el que reparé en las pantallas de seguridad y vi el revuelo en el club.

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