Capitulo 9
Chicago,
EEUU
Nyhan
estaba dando vueltas por el salón de su apartamento situado en el
centro de Chicago. No quería presionar demasiado a Leah, pero
llevaba cuatro días con él teléfono desconectado y no había
conseguido localizarla en la universidad, solo le quedaba una cosa,
llamar a su casa y hablar con Sun para saber donde se había metido.
Arrancó
de un golpe el auricular del teléfono de su plataforma y marco el
numero. Sun contestó al segundo tono.
- ¿Diga?
- Hola Sun, soy Nyhan, ¿podría hablar un momento con Leah? Es importante – le dijo.
- No está, se marcho el domingo de viaje – contestó Sun con voz pastosa. Debía de haberla despertado, pero en esos momentos los modales de Nyhan que le instaban a disculparse se habían esfumado. La furia se arremolinaba en su cuerpo como una droga. ¿Dónde narices se había marchado? Pensó enojado.
- ¿Dónde se ha ido? – le preguntó a su amiga evitando por todos los medios que se diera cuenta de su irritación.
- Se fue a Escocia, al parecer su abuelo no se encontraba bien – las palabras de la chica paralizaron el cuerpo de Nyhan, la furia fue sustituida inmediatamente por el terror. Solo había un motivo para que Leah regresara a Ullion y ese era ejercer su labor como bewaarder, eso solo podía significar una cosa; Las criaturas oscuras se estaban moviendo para sacar de la cárcel a Ereshkigal.
- Muy bien… no te molesto mas, ya la llamare cuando llegue – rápidamente colgó el teléfono.
Desde
que estaba en el mundo humano había perdido algunos contactos con el
inframundo, era hora de volver a ejercer su titulo.
- Igor – llamó. Al cabo de unos minutos una neblina negra se arremolinaba en el salón del apartamento, poco a poco fue tomando forma humana.
- ¿Qué deseas Nergal? – dijo la figura una vez que se había materializado del todo.
- Los bewaarder han sido activados, ¿Por qué no se me ha informado sobre esto? – preguntó Nergal, dios supremo del inframundo.
- No pensé que fuera de tu interés – dijo Igor haciendo una mueca de disgusto. Nergal daba gracias al infierno de que Igor fuera su mejor guerrero y su amigo, porque en esos momentos, de haber sido otro, lo hubiera descuartizado sin ningún miramiento.
- ¡Sí, es de mi interés! – Le gritó – mi futura consorte es una bewaarder – dijo antes de que pudiera evitarlo.
- ¿Cómo dice mi señor? – preguntó Igor sorprendido por las palabras del dios.
- Lo has escuchado perfectamente – gruño Nergal.
Igor
sabía que su señor y amigo había estado cortejando a una mujer
para hacerla su reina, pero jamás se hubiera imaginado que esa mujer
fuera ni más ni menos que una de las guardianas de la antigua
consorte de Nergal, era realmente irónico.
Nergal
conoció a Leah en un callejón en plena batalla con varios demonios,
ella intento borrarle la memoria y él simplemente la hizo creer que
lo había conseguido, durante los días siguientes a su encontronazo
la estuvo vigilando y organizo varios encuentros casuales para que se
conocieran otra vez. Había intentado seducirla desde el primer día,
pero no era una mujer fácil y aunque se avergonzara, no había
tenido paciencia suficiente para prolongar demasiado el cortejo, así
que en su cuarta cita había dejado caer su poder de seducción, fue
solo un pequeño empujón para que ella se dejara llevar, y funciono.
La
noche que Nergal había pasado en la cama con ella, había sido de
las mejores de su vida, en un principio había pensado que ella era
una simple bruja, pero cuando la tuvo desnuda bajo su cuerpo se
percato del tatuaje de su brazo. En realidad daba lo mismo lo que
ella fuera, la haría suya por las buenas o por las malas. Nadie le
decía que no al dios del inframundo.
Nergal
decidió bajar a su reino y ponerse en contacto con los otros dioses
para comentarles el problema si es que no lo sabían ya. Tendría que
ponerse al día con algunas cosas, pero cuando terminara de organizar
su regreso, saldría de nuevo en busca de Leah y la próxima vez que
se encontraran, él ya no sería el joven policía Nyhan, esta vez se
presentaría como quien era en realidad; Nergal dios supremo del
inframundo.
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